Vicepresidentas. De la Vega y Salgado hablando con los periodistas - Reuters

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La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, señaló ayer que el Gobierno no va a anticipar las elecciones generales, al asegurar que los ciudadanos les han dado la confianza para cuatro años y aún no han terminado. El presidente del PP, Mariano Rajoy, cree que CiU ha perdido una "oportunidad" para que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no siga, al abstenerse en la votación de las medidas para reducir el déficit público. Por su parte, la portavoz de UPyD en el Congreso de los Diputados, Rosa Díez, y el presidente del PNV de Vizcaya, Andoni Ortuzar, apostaron por la anticipación de los comicios si el Ejecutivo continúa mostrando "parálisis política".

Un día después de que el Gobierno lograra aprobar en el Congreso de los Diputados la ley de recorte de gasto con tan solo un voto de diferencia, De la Vega rechazó la convocatoria de elecciones anticipadas al entender que los ciudadanos les dieron su confianza por cuatro años y, descartó la posibilidad de plantear una cuestión de confianza. Además, señaló que el proyecto del jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, está "más vivo y vigente que nunca".
"Este no es tiempo de pensar en clave electoral, sino de asumir responsabilidades", no sólo por parte de quien gobierna, sino "cada uno la que le corresponde", enfatizó la vicepresidenta, quien añadió que "la electoral no es la contienda que ahora libra España, desde luego no es la que libra el Gobierno, que está luchando contra la crisis". "Ese es nuestro deber y lo estamos cumpliendo aunque a veces las medidas sean tan dolorosas como las de ayer, aunque conlleve pedir sacrificios a los ciudadanos", declaró en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. No obstante, aclaró que el Ejecutivo está haciendo "lo que le toca hacer" por su "responsabilidad con los ciudadanos y con el país" y no lo que le gusta hacer.

De la Vega aprovechó para afear al PP su decisión de votar en contra del decreto ley de recortes y dirigió contra este partido la mayor parte de sus críticas. "La actitud del PP a lo largo de los dos años de Legislatura es actuar siempre y constantemente en clave electoral, nunca por responsabilidad, en vez de sumarse, por sentido de Estado, a las medidas necesarias para la economía", sentenció.

Para De la Vega, el PP está haciendo una "oposición irresponsable, diciendo que 'no' a todo". "El resto --añadió-- unas veces apoyan y otras no". Por lo tanto, reiteró que la posición del PP y la de otros partidos "no es la misma, ni su posición institucional, ni política". "Esa es la razón de que la crítica mayor sea para el principal partido de la oposición", esgrimió.

Ahondando en sus críticas contra el PP, afirmó que los ciudadanos tienen "mucha más responsabilidad" que los dirigentes populares. "Serán esos ciudadanos los que al final van a juzgar en las urnas lo que hemos hecho unos, en interés del Estado, y lo que han dejado de hacer otros pensando sólo en su propio interés", argumentó.

EL PP ACUSA A CIU DE NO TENER SENTIDO DE ESTADO
Por su parte, el presidente del PP, Mariano Rajoy, reprochó a CiU su abstención en la votación del jueves que hubiese provocado que se perdiese la "oportunidad" de decidir si el presidente del Gobierno abandonada el Gobierno o seguía al frente y sostuvo que, con su decisión, la federación "sólo alarga la agonía".

Rajoy criticó que CiU justificase su decisión diciendo que España corría el riesgo de ser intervenida, algo que desmintió Rajoy y aseguró que el verdadero sentido de Estado era votar en contra de la medida y evidenciar al presidente del Gobierno que no creen en él. Añadió además que, de no haber prosperado el decreto, hoy sólo quedarían dos opciones: que el Gobierno acudiese a las Cortes con un plan de actuación y se sometiese a una moción de confianza, o que convoque elecciones.

Así lo manifestó ante un foro de empresarios catalanes en la XXVI Reunión del Círculo de Economía, donde lamentó que el Ejecutivo central pase "de la política de gasto a la política de recortes" y no haya abordado una política de reformas que busque una mayor eficiencia y productividad en el conjunto de la administración pública, y que favorezca el crecimiento de la economía y la generación de empleo.

El máximo dirigente del PP defendió la necesidad de crear un nuevo marco de estabilidad presupuestaria con techos de gasto, endeudamiento y déficit de obligado cumplimiento para todas las administraciones, así como una reforma integral del sector público que evite que se solapen competencias.

En esta línea, la secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, afirmó que al presidente del Ejecutivo, al que calificó de "cobarde", se le ha caído "la careta de optimista continuado y de estar siempre feliz" y tiene ahora "la de la impotencia, propia del que no sabe qué tiene que hacer". De igual modo, resaltó que "no se puede prolongar más esta agonía", que, como aclaró, "no es del Gobierno, sino de la economía y las familias españolas".

Hizo hincapié en que, tras la aprobación del decreto ley que incluye los recortes para reducir el déficit, "vimos a un Gobierno derrotado, que está a la desesperada y no sabe qué hacer". "Vimos a un Gobierno impotente y a un presidente cobarde", apostilló.