Afortunadamente, ningún miembro del personal del CICR resultó herido por el ataque. Sin embargo, el hecho incide de manera directa en la capacidad de la organización para llevar adelante su labor humanitaria en la zona. Ante lo sucedido, el CICR emitió una nota pública en la que condena enfáticamente el ataque contra sus instalaciones.
Las recientes hostilidades en la Franja de Gaza han tenido un impacto humanitario devastador. Cientos de civiles han perdido la vida, muchos de los cuales aún se encuentran bajo los escombros de edificios destruidos, mientras que otros han quedado rezagados sin recibir asistencia. Ante las intensas hostilidades entre el ejército israelí y los milicianos islamistas de Hamás, incluidas las órdenes de evacuación, miles de palestinos están huyendo sin tener claro cuáles son las zonas seguras. Muchos se han visto obligados a abandonar sus hogares o refugios improvisados, dejando atrás todas sus pertenencias, algo que no es la primera vez que sucede en los meses que lleva prolongándose el actual escenario de guerra a gran escala.
La situación se agrava aún más debido a que las reservas de alimentos y agua potable se están agotando rápidamente. Las instalaciones médicas, incluyendo el hospital de campaña de la Cruz Roja en Rafah, ya están respondiendo a incidentes con numerosas víctimas. Todo esto genera una profunda desesperanza en todos los bandos involucrados en el conflicto.
Trabajadores humanitarios en riesgo
Además del ataque a la oficina del CICR, se han reportado otros incidentes preocupantes que afectan al personal humanitario en Gaza. Ayer se perdió contacto con miembros del equipo de emergencias de la Media Luna Roja Palestina, y aún se desconoce su paradero. La semana pasada, varios trabajadores humanitarios resultaron muertos y heridos en distintos ataques.
El derecho internacional humanitario otorga una protección especial al personal humanitario y sanitario, así como a las instalaciones de salud y los bienes empleados para actividades de socorro. Todas las partes en conflicto tienen la obligación de respetar y proteger a estos actores en toda circunstancia, a fin de garantizar la continuidad de la atención y asistencia a las víctimas. Los ataques deliberados contra ellos están terminantemente prohibidos por la legislación internacional, unas leyes que no siempre son vigiladas por las partes en liza.
Ante esta grave situación, el CICR insta a todas las partes involucradas en las hostilidades a tomar todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los civiles y del personal humanitario. Esto incluye brindar instrucciones claras y estrictas a los combatientes para que respeten la inmunidad de estos actores protegidos.
El CICR, como organización neutral, imparcial e independiente con un mandato exclusivamente humanitario bajo los Convenios de Ginebra, continuará haciendo todo lo posible por asistir a las personas afectadas por el conflicto en Gaza. Su objetivo principal es proteger la vida y la dignidad de las víctimas, así como aliviar su sufrimiento, a menudo en colaboración con sus socios del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
Contexto del conflicto
El ataque a la oficina del CICR en Gaza se enmarca en el prolongado conflicto entre Israel y Palestina, que se remonta a varias décadas atrás. La Franja de Gaza, controlada por el grupo islamista Hamás, ha sido escenario de repetidos enfrentamientos con las fuerzas israelíes. Israel mantiene un bloqueo sobre el territorio desde 2007, lo que ha generado una severa crisis humanitaria para sus más de 2 millones de habitantes.
A lo largo de los años, se han producido varias escaladas de violencia, con lanzamientos de cohetes desde Gaza hacia Israel y bombardeos israelíes sobre el enclave palestino. Los civiles a menudo quedan atrapados en medio del fuego cruzado, sufriendo muertes, heridas y desplazamiento masivo. A pesar de los esfuerzos diplomáticos internacionales, no se ha logrado una solución duradera al conflicto, y en gran medida Estados Unidos ha bloqueado cualquier intento de reprimenda internacional al Estado hebreo en el seno de las Naciones Unidas.
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