Pese a los esfuerzos de los médicos, once de los hospitalizados no pudieron ser salvados y murieron la víspera, martes. El rotativo Cumhuriyet afirmó que las víctimas mortales eran turcomanos y que el alcohol adulterado les fue vendido por conciudadanos suyos en un lugar de trabajo en Estambul. A esa cifra se añadieron otros seis pacientes fallecidos en las últimas horas, y se teme que el número de víctimas mortales pueda aumentar aún más pues hay un número no especificado de personas en estado grave, en cuidados intensivos, según indicaron hoy fuentes del Hospital Samatya de Estambul a la cadena NTV.
Otro número no cuantificado de personas que bebieron el alcohol adulterado han perdido la vista, indicaron las mismas fuentes. Tras abrir una investigación para esclarecer los hechos y determinar responsabilidades, la policía turca ha detenido a dos individuos. Las primeras pesquisas apuntan a que estos sospechosos producían las bebidas falsas en una casa cercana al lugar de trabajo donde se alojaban.
En las inspecciones realizadas en su domicilio se encontraron aproximadamente 50 litros de alcohol adulterado y 36 pastillas de estupefacientes, así como otras drogas, una balanza de precisión, resina de opio, tarjetas de identificación de inmigrantes falsas y una gran cantidad de medicamentos. Además, en una operación policial se clausuraron 63 lugares de venta ilegal de alcohol, afirmó el gobernador de Estambul, Davut Gül.
La Fiscalía ha abierto una investigación contra los sospechosos turcomanos Agazhan O. y Amangul D. por homicidio negligente, narcotráfico, producción y venta de alcohol adulterado, posesión no autorizada de medicamentos, tráfico ilícito de personas y falsificación de documentos, precisó Cumhuriyet. En diciembre del año pasado, se registraron 19 muertes por alcohol adulterado en una semana en varias provincias del país, la mayoría en Estambul. Según la 'Plataforma para la vigilancia de las políticas del Estado sobre el alcohol', los altos impuestos y las regulaciones restrictivas al consumo de alcohol han propiciado la producción, venta y consumo de estas bebidas. El raki, la bebida alcohólica nacional de Turquía, es producido en muchos hogares debido a su elevado precio. Una botella de 70 centilitros se vende por unas 1.000 liras turcas (unos 27 euros) y el 61 % de este importe corresponde a impuestos.
1 comentario
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... es culpa del gobierno... ahora está Erdogan, que es islamista, o sea que quiere impner a su población la sharia y todas esas tonterías que son los dogmas religiosos... y como en el islam no permiten el alcohol, han subido enormemente los impuestos para ponerle trabas, lo que hace que la gente lo fabrique en casa de manera chapucera... y de ahí a tener víctimas hay un paso... pero es culpa de las autoridades, y sobre todo de la RELIGIÓN, pues no puedes obligar a la gente que viva según tus normas mitológicas...