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China ha otorgado a los gobiernos locales endeudados un salvavidas de 10 billones de yuanes (1,4 billones de dólares) pero evitó desplegar nuevos estímulos, reservándose margen para responder a una posible guerra comercial cuando Donald Trump asuma el cargo el próximo año. Las autoridades presentaron los detalles de un plan para canjear deuda oculta autorizado por el Comité Permanente del Congreso Nacional del Pueblo en una rueda de prensa en Pekín este viernes. Los fondos para este programa, anticipado el mes pasado pero sin una cifra oficial, se otorgarán hasta 2028.

Aunque los formuladores de políticas no anunciaron medidas para estimular directamente la demanda interna, el ministro de Finanzas, Lan Fo’an, prometió una política fiscal «más contundente» el próximo año, lo que indica que podrían tomarse medidas más audaces tras la investidura de Trump en enero. El presidente electo de Estados Unidos ha amenazado con imponer aranceles del 60% a los productos chinos, lo cual podría diezmar el comercio entre las dos mayores economías del mundo y afectar las exportaciones, que han sido un raro punto positivo para la nación asiática este año.

«Probablemente, los formuladores de políticas no vieron la necesidad de una respuesta robusta a la victoria de Trump antes de que asuma el cargo, dada la respuesta del mercado relativamente moderada tras las elecciones», apunta Duncan Wrigley, economista jefe para China de Pantheon Macroeconomics. «El próximo año es otra historia, pero las autoridades actuarán según las circunstancias».

El estímulo más audaz de China desde la pandemia ha elevado las acciones en el mercado doméstico en aproximadamente un 30% desde septiembre, reduciendo la presión sobre las autoridades para actuar de inmediato. Estos recortes de tasas, junto con compromisos de apoyo al mercado de acciones y viviendas, han puesto al presidente Xi Jinping en camino de alcanzar el objetivo de crecimiento de alrededor del 5% este año, sin acumular más deuda para reactivar la economía.

Los inversores esperaron durante semanas el lado fiscal de esta campaña, mientras que informes de los medios generaban expectativas de más gasto para estabilizar el mercado inmobiliario y fomentar el consumo. La decepción fue palpable al inicio de la conferencia de prensa, con el yuan en el mercado offshore debilitándose hasta un 0.6% antes de recortar la caída al 0,3% cuando se conoció la magnitud del paquete.

"La resolución de la deuda local es un aspecto crítico del apoyo a la política. Pero es solo una parte de un esfuerzo más amplio que se requiere para reactivar la economía. Con este paquete, los funcionarios locales podrían comenzar a ponerse al día en el gasto asignado en el presupuesto de este año. Para impulsar el crecimiento de manera más sostenible, es probable que se implementen otros aspectos importantes, particularmente medidas fiscales más específicas para apoyar la demanda", comentan Chang Shu y Eric Zhu, economistas de Bloomberg Intelligence.

El principal líder de China ha catalogado la deuda de los gobiernos locales como uno de los tres «riesgos económicos y financieros importantes» que enfrenta el país, mientras intenta estabilizar una economía en desaceleración. La mayor parte de estos préstamos están vinculados a entidades conocidas como vehículos de financiamiento de gobiernos locales, que se endeudan en nombre de las provincias y ciudades para financiar inversiones en infraestructura.

Las autoridades locales que dependían de las ventas de terrenos para generar ingresos han luchado por atender estas deudas en los últimos años, ya que la crisis inmobiliaria eliminó la demanda de nuevas construcciones. Los funcionarios en la rueda de prensa dijeron que el valor pendiente de la llamada deuda oculta era de 14,3 billones de yuanes a finales de 2023, aunque el Fondo Monetario Internacional estima esta cifra en unos 60 billones de yuanes.

Aunque los mercados desestimaron las medidas, Lan calificó el paquete como «una decisión de política importante que toma en cuenta los entornos de desarrollo internacional y nacional». Las autoridades también tomaron la rara medida de aumentar el techo de deuda de los gobiernos locales a mitad de año por primera vez desde 2015.

Ese aumento en el límite de deuda permitirá a los gobiernos locales emitir seis billones de yuanes adicionales en bonos especiales durante tres años para canjear deuda oculta, señaló Lan en la conferencia. Las autoridades regionales también podrán acceder a un total de 4 billones de yuanes adicionales en bonos locales especiales, aprobados en tramos durante cinco años, incluido 2024, para el mismo fin, agregó.

"Para tener un impacto positivo en los mercados, se necesitaría un paquete específico de estímulos al consumo de al menos dos billones de yuanes", comentó Bernie Ahkong, director de inversiones en UBS O’Connor Global Multi Strategy Alpha en Bloomberg TV.

Los inversores ahora esperarán hasta diciembre, cuando el Politburó de 24 miembros discutirá la economía en su reunión mensual y los formuladores de políticas se reunirán en la Conferencia Central de Trabajo Económico anual. Para entonces, las autoridades podrían tener mayor claridad sobre la postura de Trump respecto a los aranceles y más tiempo para diseñar una estrategia fiscal que proteja la economía.

Según Xiaojia Zhi, jefa de investigación en Credit Agricole CIB, aún es posible que las autoridades revelen un paquete fiscal «significativo» en el corto plazo. Se prevé un gasto adicional de entre 12 y 13 billones de yuanes en los próximos tres años para contrarrestar el impacto de los agresivos aumentos de aranceles de Estados Unidos.

Explicando el impacto del paquete, Lan estimó que el canje podría ahorrar unos 600 mil millones de yuanes en pagos de intereses en cinco años, permitiendo destinar esos recursos a inversiones y consumo. Otros 2 billones de yuanes en deuda oculta relacionada con la renovación de viviendas en mal estado no vencerán hasta 2029, lo que aliviará a los gobiernos locales en el corto plazo.

El impulso para reducir la deuda oculta acumulada por los gobiernos locales ha sido elogiado por economistas de Morgan Stanley como un paso «crítico» para romper una espiral deflacionaria y «tan importante» como un estímulo directo a la demanda. Otros analistas han argumentado que un estímulo fiscal para impulsar el consumo tendría un impacto más directo e inmediato en el crecimiento económico.

«Desde una perspectiva de gestión fiscal, esto es lo correcto», asegura Raymond Yeung, economista jefe para la Gran China en Australia & New Zealand Banking Group Ltd. «No digo que esto no sea positivo para el crecimiento, pero el impacto será bastante indirecto y se distribuirá a lo largo de varios años».