Habiba, una mujer desplazada internamente de Kadugli, habla con Reuters en un campamento de refugiados en las montañas de Nuba, en Kordofán del Sur. | Reuters - Thomas Mukoya

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El conflicto desatado en Sudán hace casi año y medio ha disparado los casos de violencia y abusos sobre mujeres y niñas, víctimas de situaciones «inimaginables» sobre los que quiere advertir ONU Mujeres en una alerta publicada este viernes y que refleja los estragos sociales que aún arrastra el país africano desde la guerra civil de 2011.

En diciembre de 2023, la cifra de personas necesitadas de asistencia por cuestiones de violencia de género ascendía ya a los 6,7 millones, un 100 por cien más que antes de la actual guerra entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). Y «estimamos que la cifra pueda ser mucho mayor ahora», señala ONU Mujeres, que teme además que muchos casos ni siquiera se denuncien por miedo al estigma o a las represalias.

La capital, Jartum, y las regiones de Darfur y Kordofán son los principales escenarios de los abusos, en un contexto donde quedan especialmente vulnerables los 5,8 millones de mujeres y niñas que han tenido que abandonar sus hogares y viven ahora como desplazadas internas.

Las mujeres sufren también de manera particular la inseguridad alimentaria, toda vez que el 64 por ciento de los hogares encabezados por una mujer pasan hambre, frente al 48 por ciento de aquellas familias con hombres, mientras que el 74 por ciento de las niñas y jóvenes en edad escolar, más de 2,5 millones, no van a clase, lo que le deja más expuestas a prácticas como el matrimonio infantil o la mutilación genital.

En materia de atención sanitaria, la ONU estima que más de 1,6 millones de mujeres en edad reproductiva no disponen de los servicios adecuados, pese a que más de 160.000 de ellas están embarazadas. «No podemos dejar que Sudán se convierta en una crisis olvidada», ha subrayado la directora en funciones de ONU Mujeres para la región, Hodan Addou, en un llamamiento a la comunidad internacional para que tome medidas, «más que nunca». La organización quiere que las sudanesas «dispongan de los recursos y la protección necesarios para sobrevivir y reconstruir sus vidas».