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Un avión con 62 personas a bordo se estrelló este viernes en una zona residencial en el municipio brasileño de Vinhedo, en el estado de São Paulo, en un accidente en el que no hubo supervivientes. El aparato, de la aerolínea Voepass, cayó en vertical, girando sobre sí mismo, hasta estrellarse en una zona de vegetación dentro de una urbanización residencial, cerca de una vivienda. No hubo sobrevivientes entre los 62 ocupantes del avión, entre ellos 58 pasajeros y 4 tripulantes, según informaron las autoridades brasileñas. El coronel Cássio de Araújo de Freitas, de la Policía Militarizada de São Paulo, aseguró que en tierra no hubo ninguna víctima debido a que el avión cayó en «una zona vacía» dentro del condominio Recanto Florido, una urbanización de alto nivel económico. El aparato, un bimotor de modelo ATR-72-500, hacía el trayecto entre la ciudad de Cascavel y São Paulo y se accidentó poco antes de las 13:25 hora local (16:25 GMT), cuando le quedaban unos 80 kilómetros para llegar al aeropuerto de Guarulhos, su destino. El avión volaba a cerca de 3.500 metros de altitud y se desplomó en cerca de un minuto, según datos de la web especializada Flightradar. La caída en vertical fue filmada desde diversos ángulos por varios habitantes de Vinhedo, en vídeos que fueron difundidos profusamente por las redes sociales. Varios testigos dijeron que escucharon un estruendo antes de ver la caída del avión.

El accidente desencadenó un incendio que ya ha sido apagado, aunque los bomberos continuaban trabajando horas después en el enfriamiento del fuselaje. El Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos (Cenipa) y la Policía Federal han abierto sendas investigaciones para averiguar las causas del accidente. Los investigadores ya han localizado las cajas negras del aparato, según informó el Cenipa. Según Flightradar, el avión había realizado dos vuelos más la mañana de este viernes antes del siniestro. Pocos minutos después de conocerse la noticia, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lamentó el accidente y pidió un minuto de silencio en homenaje a las víctimas. El mandatario brasileño se enteró del accidente en momentos en que se disponía a dar un discurso en un evento en el municipio de Itajai, en el estado de Santa Catarina, e interrumpió el acto para lamentar el hecho. «Tengo que ser portador de una noticia muy mala y quiero pedir a todos que se pongan de pie para hacer un minuto de silencio porque acaba de caer un avión en la ciudad de Vinhedo, en São Paulo, con 58 pasajeros y 4 tripulantes y parece que todos murieron», dijo Lula a los asistentes.

Últimas confirmaciones

La aerolínea Voepass, propietaria del avión que se estrelló el viernes en el estado de São Paulo en la mayor tragedia aérea en Brasil desde 2007, informó este sábado de que el número total de víctimas ascendió a 62 tras la confirmación de la muerte de un hombre que no estaba registrado en la lista inicial de pasajeros. Voepass informó en un comunicado de que un hombre identificado como Constantino Maia estaba entre los pasajeros del avión siniestrado pero que su nombre no constaba en la lista por un error en el proceso de validación del check in.

La aclaración se produjo luego de que los familiares de Maia afirmaran que el representante comercial de 50 años había abordado el avión accidentado y denunciaran su desaparición. "En respeto a la identidad del pasajero y de su familia, Voepass decidió confirmar la información de que Contantino estaba a bordo del vuelo 2283 tan solo cuando no quedasen dudas", según el comunicado de la aerolínea. De acuerdo con los bomberos, hasta la mañana de este sábado habían sido retirados de entre los escombros 21 cuerpos de las víctimas y conducidos hasta el Instituto de Medicina Legal de São Paulo, pero ninguno identificado.

El avión, un bimotor de modelo ATR-72-500 y fabricación francesa, se estrelló la tarde del viernes en una zona residencial del municipio brasileño de Vinhedo, en el interior del estado de São Paulo. El aparato, que cayó de forma vertical y girando sobre sí mismo, cubría el trayecto entre la ciudad de Cascavel y São Paulo y se accidentó cuando le quedaban unos 80 kilómetros para llegar al aeropuerto de Guarulhos, su destino. Pese a caer en un área residencial, el aparato se estrelló en los patios traseros de un conjunto de residencias sin afectar a ninguna edificación ni dejar ninguna víctima en tierra.

Las autoridades aeronáuticas informaron de que tanto el avión como sus pilotos estaban en condiciones regulares de vuelo, con todas las licencias actualizadas, y que la tripulación no llegó a reportar a la torres de control ninguna emergencia ni problema a bordo. Los responsables por la investigación dijeron que aún no es posible determinar las causas del accidente, pero expertos en aviación y pilotos que pasaron por la misma región señalaron la posible acumulación de hielo en las alas de la aeronave como la principal hipótesis.

Este es el accidente aéreo más grave ocurrido en suelo brasileño desde 2007, cuando un vuelo de la aerolínea TAM se estrelló contra un almacén, al salirse de la pista en el aeropuerto de Congonhas de São Paulo, dejando 199 muertos. En 2009 un vuelo que cubría la ruta Río de Janeiro-París se desplomó en el océano Atlántico, en aguas internacionales, causando la muerte de sus 216 ocupantes.