Desde que empezó el juicio, hace seis semanas con la selección de jurado, se han sentado en el estrado veintidós testigos. Veinte fueron llamados por los fiscales y dos por la defensa. En los testimonios se vieron emociones de todo tipo: desde lágrimas de dos exempleadas de Trump debido al nerviosismo, hasta una tensa discusión con el juez por parte del último testigo de la defensa, un desafiante Robert Costello.
Cohen, la estrella del juicio
Los cargos por delitos graves contra Trump se derivan precisamente de pagos a Cohen, que fue abogado y «conseguidor» del magnate, para reembolsar como un gasto legal el pago de Cohen a la estrella porno Stormy Daniels, quien también tuvo su minuto de gloria en el estrado. Los fiscales utilizaron su turno de preguntas a Cohen para apuntalar sus cargos contra Trump -primer expresidente de EE. UU. que se enfrenta a un juicio penal- de que falsificó registros comerciales para ocultar los pagos y encubrir así una relación extramarital con Daniels.
Cohen, que dibujó en su cara un rictus de desazón los cuatro días que estuvo en el estrado, dijo en la sala del Tribunal Penal de Manhattan que cuando faltaban unos días para las elecciones de 2016 pagó 130.000 dólares a Daniels, que amenazaba con dar una rueda de prensa para contar la relación extraconyugal de Trump. Asimismo, detalló cómo, una vez que Trump estaba asentado en el Despacho Oval de la Casa Blanca, reembolsó el dinero a Cohen.
Por su parte, la defensa mostró su mejor colmillo cuando pintó ante el jurado un Cohen mentiroso, mal abogado, ladrón y antitrumpista por despecho. Una de sus tácticas para dejar en tela de juicio la credibilidad de Cohen fue pedirle que detallara las mentiras que dijo al Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de 2017, donde Cohen mintió bajo juramento, lo que le costó ser acusado de perjurio un año después.
El equipo legal de Trump también pidió a Cohen que detallara cómo robó 30.000 dólares a la Organización Trump, lo cual hizo sin perder el sosiego.
La declaración más caliente
Llamó la atención el lujo de detalles con que la actriz Stormy Daniels describió cómo fue el encuentro sexual entre Trump y ella en un lujoso hotel de Nevada en 2006, tanto que hasta el juez le pidió ahorrarse los pormenores por su irrelevancia en el caso. La actriz, guionista y directora de cine adulto contó desde cómo era el suelo de la habitación, hasta que tuvo sexo sin protección con el magnate, pasando por que Trump la recibió con una bata de satén.
Indignada por esas declaraciones, la defensa pidió que se anulara el juicio, pero el juez no aceptó sus argumentos. El detalle en el que se entró podría condicionar la opinión del jurado, cuya misión reside en saber si hubo fraude, y no si el magnate cometió adulterio.
Trump, con el ceño fruncido y los ojos cerrados
Trump que está en plena campaña electoral pero tiene que asistir al juicio cuatro días a la semana, ha dicho en repetidas ocasiones que no tuvo relaciones sexuales con Daniels y ha negado haber cometido cualquier delito, pero en este juicio ha optado por no subir al estrado a reiterar su inocencia bajo juramento.
Durante estas seis semanas lo normal ha sido verle sentado en el banquillo de los acusados o con ceño fruncido o con los ojos cerrados. «Al contrario de lo que dicen los MEDIOS DE NOTICIAS FALSAS, no me quedo dormido durante la caza de brujas del fiscal corrupto. ¡¡¡Simplemente, cierro mis hermosos ojos azules. A veces escucho intensamente y asimilo TODO!!!», escribió el político de 77 años en su red Truth Social, uno de los días del juicio.
El martes que viene empezarán los alegatos finales y luego los doce jurados tendrán que llegar a un veredicto unánime. Si no lo lograsen, el juez tendría que declarar la nulidad del juicio.
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