La CEC dictaminó que Nadezhdin presentó 95.587 signaturas válidas, cuando necesitaba 100.000 para poder registrar su candidatura al contar con el apoyo de un partido sin representación parlamentaria (Iniciativa Ciudadana). La comisión estableció que el equipo del opositor cometió errores de forma, entre los que figurarían once almas muertas, al utilizar bases de datos no actualizadas.
«No se debe cruzar la frontera en la que en las listas en favor de los candidatos aparecen personas ya fallecidas», aseguró Nikolái Buláev, subjefe de la CEC, durante la sesión celebrada en el centro de Moscú. Además, advirtió a Nadezhdin que la comisión nunca ha perdido un caso ante el Supremo en las cuatro ocasiones en que los candidatos apelaron la decisión de la autoridad electoral.
Mientras, en el caso del presidente, Vladímir Putin, recordó que los funcionarios de la comisión encontraron sólo 91 firmas inválidas, lo que permitió que postule a la reelección el 17 de marzo. Por su parte, Nadezhdin subrayó que su equipo recolectó más de 200.000 firmas en toda Rusia. «Realizamos la recolección de manera abierta y honesta. Todo el mundo vio las colas ante nuestros cuarteles electorales y nuestras oficinas», dijo en Telegram.
Horas antes, aseguró en declaraciones a las redes sociales que «si tuviera un ráting del 1-2 %» y no un 15-20 % no hubiera tenido problemas para participar en los comicios. La campaña de recogida de firmas de Nadezhdin se convirtió en la primera muestra masiva y legal de repulsa contra la guerra desde el inicio de la contienda en febrero de 2022. La oposición acusa a Putin de hacer todo lo posible para impedir la participación del candidato por la paz, ya que teme que aglutine a todos los descontentos no solo con la guerra, sino con la deriva autoritaria del Kremlin.
Al respecto, el portavoz presidencial, Dmitri Peskov, se limitó a asegurar que la comisión ha hecho su trabajo que consiste en exigir el respeto a las normas vigentes. La CEC ha registrado a cuatro candidatos: Putin; el comunista Nikolái Jaritónov; el ultranacionalista Leonid Slutski y el representante de Gente Nueva, Vladislav Davankov. Aunque aseguró públicamente que no lo haría, Putin reformó la Constitución en 2020 para poder presentarse a la reelección, algo que podrá volver a hacer dentro de seis años y, de esa forma, permanecer en el Kremlin hasta 2036.
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