Un soldado ucraniano en los combates cerca de Bajmut (Donetsk). | Reuters

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Rusia está suministrando narcóticos a sus soldados para que lancen ataques prácticamente suicidas en el frente, según informó el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas ucranianas en su parte diario sobre la guerra. «Según la información de que disponemos, el personal del 108 Regimiento de Asalto Aerotransportado recibe sistemáticamente 7 sustancias narcóticas y psicotrópicas» se lee en el parte. Estas drogas, añade el Estado Mayor ucraniano, provocan euforia y anulan la sensación de dolor. «Los soldados que las consumen aceptan más fácilmente» lanzarse a ataques prácticamente suicidas «sin temor a sufrir lesiones o morir», añade Kiev, que habla de un número cada vez mayor de militares rusos que rechazan tomar parte en este tipo de misiones.

Asimismo, más de un millar de rusos se alistan a diario al Ejército de forma voluntaria seducidos por unos salarios que resultan particularmente atractivos en las regiones más pobres del país, según información de la inteligencia militar ucraniana (GUR) revelada en una entrevista por uno de sus portavoces, Vadim Skibitski. «Entre 1.000 y 1.100 personas se unen a las filas de las fuerzas armadas de la Federación Rusa cada día», dijo Skibitski a la publicación ucraniana RBK.

El representante del GUR añadió que esto supone unas 30.000 nuevas incorporaciones al Ejército al mes. Preguntado sobre los motivos para alistarse de los nuevos soldados, Skibitski apuntó a los salarios de entre 220.000 y 250.000 rublos al mes (entre 2.280 y 2.600 euros) que perciben quienes firman contratos con las Fuerzas Armadas rusas para luchar en el frente de Ucrania. Estos salarios son particularmente atractivos, explicó Sibitski, en las regiones de Rusia menos prósperas.

Según las cifras que ofrece Kiev, Rusia pierde a diario en los teatros de operaciones de Ucrania cerca de un millar de soldados. Las incorporaciones voluntarias al Ejército servirían de momento para sustituir esas bajas sin necesidad de llamar a una nueva ola de movilización.

Rusia recuperó el pasado otoño la iniciativa en la mayor parte del frente. Desde entonces lanza incesantes ataques en casi todos los ejes, especialmente en los teatros de operaciones del este de Márinka y Avdivka, en la región de Donetsk. Las fuerzas rusas están logrando discretos avances en esas zonas, pero a un coste muy alto de pérdidas humanas y de material militar. Sólo durante las pasadas 24 horas, los rusos perdieron alrededor de un millar de hombres a lo largo del frente de batalla, según el último balance ofrecido por Kiev.