Delegación israelí ante la corte internacional. | Reuters - REMKO DE WAAL

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El Gobierno israelí ha defendido ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que las acusaciones de comisión de genocidio contra la población palestina durante la guerra contra Hamás en Gaza que ha planteado Sudáfrica son una «distorsión grosera» de la realidad y un esfuerzo implícito para privar al país de su «derecho a la autodefensa».

La vista de este viernes ha comenzado con un discurso inicial del asesor legal del Ministerio de Exteriores de Israel, Tal Becker, en el que ha responsabilizado por completo a Hamás y al resto de las milicias palestinas por la situación actual. «Si han ocurrido actos de genocidio, han sido perpetrados contra Israel», ha declarado Becker antes de defender que Israel ha actuado siempre de conformidad con la ley «a pesar del desprecio absoluto sobre el derecho Internacional exhibido por Hamás», una organización que es la única responsable del «atroz sufrimiento» de los civiles palestinos e israelíes.

Asimismo, Becker ha interpretado la denuncia de Sudáfrica como una expresión del «rechazo del Gobierno sudafricano a la capacidad para la autodefensa». «La absurda consecuencia de ello es que la CIJ está intentando detener a Israel en sus esfuerzos para defender a los civiles contra una organización que persigue unos objetivos genocidas», ha añadido.

El asesor legal israelí, a continuación, ha procedido a denunciar a Hamás por su «aberrante método bélico» por el que «ha insertado de manera sistemática e ilegal», como ha asegurado en numerosas ocasiones el Gobierno israelí, «en colegios, mezquitas y hospitales». En resumen, el asesor israelí ha esgrimido que la acusación de Sudáfrica carece de la base fundamental que caracteriza al delito de genocidio, esto es, «la intención de destruir a un pueblo en parte o en su totalidad», y que el motivo fundamental de la campaña en Gaza es el de «proteger», en realidad, al «pueblo israelí de un enemigo despiadado».

De igual modo se ha expresado el abogado Malcolm Shaw, también parte de la representación legal israelí, quien ha esgrimido que no existen pruebas que ameriten una acusación de genocidio, un delito «único en su malicia, que destaca como el cénit del mal, el crimen de todos los crímenes, definitivo en su maldad» Por ello Shaw, experto en Derecho Internacional por la Universidad de Leicester (Reino Unido) ha apelado a la característica singular y excepcional de este delito para valorar lo que está ocurriendo en Gaza en su justa medida porque «si las acusaciones de genocidio se convierten en moneda común, la esencia de este crimen acabaría perdiéndose».