Pero la mediana de los pronósticos de los gobernadores de la Fed señaló en otro informe que los tipos se situarán en 2024 en el 4,6 %, (el equivalente a un rango del 4,5 % al 4,75 %), para recortarse un punto en 2025, hasta el 3,6 %, y llegar al 2,9 % en 2026. Estas cifras reflejan que la mayoría de sus integrantes creen que habrá descensos a lo largo del próximo año, y aunque no significa forzosamente que lo vaya a haber, el presidente de la Fed, Jerome Powell, reforzó ese optimismo. «Creemos que probablemente estemos en o cerca de la tasa máxima de este ciclo», dijo en una conferencia de prensa poco después de que se conocieran las conclusiones de la última reunión de este año del banco central, iniciada el martes.
La horquilla actual del 5,25 % y el 5,5 % constituye su máximo nivel desde 2001. Powell recalcó que aunque las proyecciones de la mediana no son una decisión de un comité ni un plan porque «si la economía no evoluciona según lo previsto la política se ajustará según corresponda», sí afirmó que los recortes «son claramente un tema de discusión» sobre la mesa.
El FOMC había apuntado en su nota que a la hora de determinar el alcance de «cualquier» endurecimiento adicional para devolver la inflación al 2 % tendrá en cuenta el endurecimiento acumulativo de la política monetaria, los retrasos con los que esta afecta a la actividad económica y la inflación y la evolución de la economía. Para el presidente de la Fed, la inclusión en la nota de ese «cualquier» es un reconocimiento a la creencia de que los tipos están rozando su máximo, pero advirtió de que «es demasiado pronto para cantar victoria».
La inflación estadounidense ha seguido moderándose y su tasa interanual se colocó en noviembre en el 3,1 %, una décima por debajo de octubre. La tasa de la inflación subyacente, que mide la subida de precios sin contar ni la energía ni los alimentos -y es uno de los indicadores en los que más se fija la Fed para tomar sus decisiones- subió a su vez tres décimas en noviembre en términos mensuales y en términos anuales se colocó en el 4 %.
En cuanto al mercado laboral, otro dato clave que analiza la Fed para examinar posibles subidas, la creación neta de nuevos puestos subió de nuevo en noviembre y se crearon 199.000 empleos, 49.000 más de los generados un mes antes. Powell apuntó que no ve necesario llegar al objetivo de una inflación del 2 % antes de empezar a aplicar posibles recortes. La política económica, según añadió, tarda un tiempo en tener efecto en la actividad y la inflación y esperar a ese porcentaje podría ser «demasiado tarde».
Hasta junio de este año, en todas sus reuniones desde que comenzó la racha de subidas en marzo del año pasado, los miembros del Comité decidieron subirlos. Tras la pausa de junio, en julio volvieron a aumentarlos y en septiembre de nuevo optaron por pausar las alzas. El presidente de la Fed hizo hincapié en que su institución actúa con cautela a la hora de determinar políticas restrictivas, y también instó a pensar en los motivos por los que se pueden efectuar recortes: «Una cosa es si lo haces porque se está volviendo a la normalidad y otra porque la economía esté muy débil», concluyó.
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