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El Primer Ministro británico, Boris Johnson, ha dimitido del cargo tras una serie de escándalos, crecientes presiones y dimisiones de parlamentarios, lo que le convierte en uno de los residentes que menos tiempo ha estado en Downing Street. El que sí que permanece en el número 10 es Larry, el famoso gato atigrado que ha visto pasar por su casa a tres Primeros Ministros David Cameron (quién lo llevó a la oficina), Theresa May y ahora Johnson.

Pero, ¿qué va a pasar con Larry ahora que Johnson deja la oficina de Downing Street? El felino reside en el número 10 desde el 15 de Febrero de 2011, fecha en la que fue adoptado por David Cameron de la mano de Battersea Dogs and Cats, una de las principales protectoras de Londres, y aunque iba a convertirse en la mascota de los hijos del ex primer ministro, termino convirtiéndose en el "Cazador oficial de ratones" del número 10 de Downing Street, un puesto necesario y que existe desde el siglo XVI, aunque los registros modernos datan de inicios del siglo XX.

Además, el título no es un mero decoro, el gato de 15 años fue nombrado funcionario, lo que significa que no pertenece a ningún primer ministro, por lo que no se irá con la partida de Johnson, del mismo modo que tampoco lo hizo con la partida de su "padrastro" Cameron, ni con la de su querida May.

De hecho, Larry tiene sus propias tareas como miembro más del gabinete de gobierno: tal y como se describe en la web oficial de Downing Street, el felino tiene que "saludar a los invitados en la puerta", "inspeccionar las defensas de seguridad", "probar los muebles antiguos para determinar la calidad de la siesta" y, por su puesto, "encontrar una solución a la ocupación de ratones en la casa".

Larry no ha sido el único cazaratones de Downing Street

Este felino que ha conquistado el corazón de miles de británicos es el primero en residir en la oficina del Primer Ministro, pero no ha sido el único. Además del perro de Boris Johnson, Dilyn, en Downing Street han habitado otros gatos. Su predecesora fue Freya, una también gata atigrada que perteneció al excanciller de Hacienda, George Osborne.

De hecho, no se llevaban nada bien. En Octubre de 2012, ambos gatos fueron pillados teniendo una pelea en las afueras del número 10 y hasta la policía tuvo que intervenir para separarlos. La gata se retiró de su cargo como cazadora de ratones (no oficial) en 2014 y fue trasladada a una campiña en la ciudad de Kent.

Si miramos más atrás en el tiempo, en 2007, Sybil habitó Downing Street, la primera gata en hacerlo tras diez años de sequía felina en la oficina del Primer Ministro. La llevó al número 10 el Ministro de Hacienda, Alistair Darling, sin embargo, su estancia no duró mucho. El animal no se terminó de adaptar a su nuevo hogar y fue devuelto a su familia en Edimburgo.

Diez años antes que Sybil era Sir Humphrey, llamado así a modo de guiño a la serie británica de los 80, Yes Minister, quien habitaba la oficina del Primer Ministro (desde octubre de 1989 hasta el 13 de noviembre de 1997). Este felino vio a Margaret Thatcher y John Major servir al país británico, pero con la llegada de Tony Blair y su mujer, tuvo que irse del número 10 a causa de las adversidades de la primera dama hacia los gatos, según contaron los medios de comunicación por aquel entonces.

Más atrás en el tiempo, nos encontramos a Wilberforce, un hábil cazador de ratones que fue designado como tal en 1973. Este felino vio pasar por el número 10 a cuatro Primeros Ministros, desde Edward Heath hasta Margaret Thatcher.

Se dice que era tan querido en la oficina que Thatcher le trajo una lata de sardinas de Moscú, cuando realizaba una visita diplomática al país del Este y, también, que el animal tenía su propio guardia para abrirle la puerta cuando quería entrar en casa.

En Downing Street ha habido muchos gatos más, pero si pudiéramos destacar otro, sería Peta, la primera gata (hembra) en ocupar el puesto de Cazadora de ratones del número 10 y la que más controversia causó, ya que se decía que era ruidosa, perezosa y que no sabía ir al baño. A pesar de que muchos funcionarios intentaron sacarla de la oficina, la gata permaneció en el puesto hasta retirarse en 1976.

Tras este pequeño repaso sobre los gatos que han habitado y ejercido de Cazadores de ratones en Downing Street, podemos asumir que la oficina del Primer Ministro británico ha estado y estará siempre libre de roedores gracias a estos pequeños felinos que, además de hacer su trabajo de forma excepcional, le roban el corazón a miles de británicos y, también, a miles de personas alrededor del mundo.