«El sexto paquete de sanciones está sobre la mesa desde hace semanas y creo que las próximas horas es el momento de tomar decisiones, de dar un paseo adelante», ha declarado el presidente del Consejo europeo, Charles Michel, a su llegada a la reunión extraordinaria en Bruselas. El exprimer ministro belga ha dicho que se han conseguido «avances en las últimas horas» que responden a las «sensibilidades y preocupaciones» de algunos de los socios, por lo que ha confiado en que en esta cita se dé el «momento de la verdad» que permita a la UE mostrar su «fortaleza». Menos optimista se ha mostrado la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, al indicar que no tiene «expectativas» de acuerdo «en las próximas 48 horas» porque aún no está «maduro» el consenso, si bien ha matizado que espera que la solidaridad del bloque permita un acuerdo poco después.
El acuerdo sobre el que trabajan a Veintisiete incluye «algunas excepciones temporales» con las que asegurar el suministro de combustible a los Estados miembro más dependientes a través del oleoducto de Druzhba, lo que en la práctica supone eximir a Hungría, Eslovaquia y República Checa del embargo de manera indefinida, según han explicado diversas fuentes europeas. Así, el embargo se contempla en «dos fases» de modo que quede aplazado a más adelante concretar la prohibición de importar por oleoducto, algo que los socios quieren que ocurra «tan pronto como sea posible», según un alto funcionario europeo, pero que no queda plasmado con un calendario concreto en el texto legal que redactan las delegaciones. El oleoducto de Druzhba es uno de los más grandes del mundo y abastece a media docena de países de la Unión Europea, si bien la exención se contempla como una medida para salvar el rechazo de Hungría a las sanciones y beneficiará también a Eslovaquia y República Checa. Polonia y Alemania, que también se abastecen por este ducto, han expresado su compromiso de aplicar las sanciones de manera total y cortar de aquí a finales de año todas las importaciones de petróleo ruso, han indicado fuentes europeas. Sobre la segunda fase, más controvertida también por el temor de socios como Países Bajos o Italia a que este trato privilegiado distorsione la competencia en el mercado energético europeo, el trabajo llevará más tiempo hasta que se materialice. Fuentes diplomáticas añaden que llevará «varias semanas» resolver las cuestiones planteadas por las delegaciones húngara y eslovaca.
ORBÁN VE INSUFICIENTE LA PROPUESTA
En todo caso, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha avisado a su llegada a la cumbre que considera insuficiente esta propuesta porque, a su juicio, no ofrece garantías suficientes de que Hungría tendrá asegurado el suministro en caso de que algo falle en el oleoducto exento de las sanciones. «Necesitamos garantías de que en caso de un accidente en el oleoducto ruso a través de Ucrania tendremos el derecho a obtener petróleo ruso por otras vías, si lo tenemos estará bien», ha razonado, para reclamar «soluciones antes que sanciones» y achacar Bruselas la responsabilidad de la falta de acuerdo. "Si cada país europeo solo piensa en sí mismo nunca avanzaremos. Letonia ha sido muy dependiente de las importaciones de energía rusa, estamos cortando con esto y no tenemos problemas con ello.
Es solo dinero, los ucranianos están pagando con sus vidas por ello«, ha reivindicado, por contra, el primer ministro de Letonia, Arturs Krisjanis Karins. La primera ministra de Finlandia, Saana Marin, también ha expresado a su llegada a la reunión la disposición de su Gobierno de dar luz verde a las sanciones del sexto paquete, al tiempo que advertido de que el acuerdo debe ser »lo suficientemente fuerte para que afecte a la economía rusa«. El presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, por su parte, ha lamentado que la UE no haya »sido capaz« de desbloquear las nuevas sanciones hasta ahora y ha confiado en que en este Consejo europeo extraordinario se cierre »la última página abierta« y se pueda empezar a »considerar« el siguiente paquete de medidas contra el régimen de Vladimir Putin. »Tenemos que aislar a Rusia y eso significa sanciones; esperemos que todos suban a bordo«, ha indicado la mandataria de Estonia, Kaja Kallas, quien ha apelado a la responsabilidad »moral« de cada uno. Mientras, el primer ministro de Bélgica, Alexander de Croo, ha defendido aplicar »las mismas reglas para todos en Europa« y que debe ser un embargo de verdad »y no solo para la mitad del continente".
El primer ministro búlgaro, Kiril Petkov, ha expresado la disposición de su Gobierno de sumarse al compromiso para embargar el petróleo ruso aunque el país «necesite algo más de tiempo» para cumplir la transición que le permita cortar plenamente el suministro ruso, al tiempo que ha confiado en una decisión unánime porque, ha apuntado en alusión a Hungría, «si Bulgaria puede hacerlo, todo el mundo puede». El primer ministro holandés, Mark Rutte, se ha mostrado «seguro» de que los Veintisiete llegarán a una «solución política» sobre el embargo del petróleo ruso, «pero no estoy tan seguro de que la podamos conseguir hoy», ha reconocido. «Puede que lleve un poco más de tiempo», ha añadido, apuntando a finales de esta semana o principios de la próxima.
Asimismo, ha dicho que comprende los problemas que esta medida plantea para los países de Europa oriental, más dependientes del crudo ruso, pero ha dejado claro que «la cuestión aquí es la igualdad de condiciones» para países que como el suyo, Italia o Grecia, importan petróleo ruso a través de sus puertos. Además del embargo al petróleo, el sexto paquete de sanciones por la invasión de Ucrania incluye también otras medidas coercitivas que ampliarán la lista de nombres cuyos activos en la UE serán congelados y tendrán prohibida la entrada a suelo comunitario y desconectarán al principal banco ruso, Sberbank, y otras dos entidades del sistema internacional de comunicación financiera Swift.
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