El ministro de Exteriores de Rusia, Sergéi Lavrov (d), ha calificado de «tontería» y «mentira» la supuesta «desaparición» de Sergéi Shoigu, tras días de rumores. En la imagen, el jefe de la diplomacia rusa en una fotografía de archivo. | Reuters

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El ministro de Exteriores de Rusia, Sergéi Lavrov, ha calificado este lunes de «tontería» y «mentira» la supuesta «desaparición» del ministro de Defensa ruso, Sergéi Shoigu, tras días de rumores sobre sus presuntos problemas de salud. De forma paralela, ha indicado que los rumores que apuntan a la preparación de un supuesto golpe de Estado en el país euroasiático son también «tonterías».

«No quiero comentar tonterías», ha dicho Lavrov, que ha acusado a los servicios especiales ucranianos y a los «neoliberales rusos que ahora viven en el extranjero» de difundir estas informaciones. «Todo esto es una mentira absoluta, todos están vivos, todos están sanos, todos están trabajando», ha incidido en una entrevista concedida a medios serbios, recogida por la agencia rusa de noticias Interfax.

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Así, ha reiterado que «todo el Gobierno está trabajando, toda la Administración presidencial está trabajado sobre la base de los intereses de nuestro país, sobre la base de todos los deberes oficiales que se nos asignan a todos» y que «esto puede verse regularmente» en televisión y redes sociales. El Kremlin salió al paso de las informaciones de los medios de comunicación sobre supuestos problemas de salud de Shoigu a finales de la semana pasada.

El portavoz, Dimitri Peskov, aclaró que tiene «muchas preocupaciones». Diversos medios se han hecho eco de la ausencia de Shoigu, que no aparece en público desde hace días. El Kremlin la atribuye a su participación en el mando de la invasión de Ucrania, días después de afirmarse que la guerra de Putin se ha cobrado ya la primera 'víctima' en la jerarquía oficialista rusa.

Y es que el responsable de coordinar los objetivos de desarrollo sostenible de Rusia a nivel internacional, Anatoli Chubais, habría renunciado a su cargo y habría abandonado el país en desacuerdo con la actual deriva internacional de Putin, una información que los círculos próximos al Kremlin ni confirman ni desmienten.