Joe Biden en rueda de prensa. | Oliver Contreras / POOL

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El presidente estadounidense, Joe Biden, anunció este jueves sanciones a los dos principales bancos rusos y prometió que convertirá en un «paria» internacional a su homólogo de Rusia, Vladímir Putin, tras su invasión de Ucrania. La respuesta inmediata de Estados Unidos al ataque ruso incluyó también una orden de enviar 7.000 militares estadounidenses más a Alemania, además de la expulsión del ministro consejero de la embajada rusa en Washington, Serguéi Trepelkov. «Putin eligió esta guerra, y ahora su país y él sufrirán las consecuencias», afirmó el mandatario estadounidense en un discurso en la Casa Blanca. Biden describió a Putin como un «tirano» que desea conseguir «un imperio a toda costa» y «restablecer la Unión Soviética», pero pronosticó que no conseguirá «extinguir» la democracia porque la gran «mayoría del mundo» condena su invasión. «Nos aseguraremos de que Putin sea un paria en la escena internacional», subrayó. Añadió que ahora mismo hay «una ruptura completa» en las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, y que por lo tanto no tiene «ninguna intención» de hablar telefónicamente con su homólogo ruso.

El Departamento del Tesoro anunció sanciones a cinco bancos rusos, incluidas las dos principales instituciones financieras del país, Sberbank y VTB, así como a oligarcas cercanos al Kremlin, incluido el presidente de la mayor petrolera rusa, Rosneft, Ígor Sechin, y a instituciones clave de Bielorrusia. Sumado a otras restricciones impuestas en los últimos días, Washington ya ha «sancionado a bancos rusos que en total tienen alrededor de un billón de dólares en activos», explicó Biden. Cortar la conexión de Sberbank con el sistema financiero estadounidense implica privar de transacciones en dólares al mayor banco de Rusia, que según la Casa Blanca controla casi un tercio de los activos del sector bancario ruso y es «crucial» para la economía del país. El Tesoro confía en que Putin note el dolor de esas sanciones «sin precedentes», que también congelan los activos de VTB y otros tres bancos -Otkritie, Novikom y Sovcom-, así como a todos sus subsidiarios, e imponen restricciones a las operaciones de deuda de 13 entidades rusas. Además, Biden anunció restricciones a las exportaciones de alta tecnología a Rusia para debilitar sus sectores estratégicos, incluido el militar, y pronosticó que, con el tiempo, EE.UU. y sus aliados privarán a Moscú de «más de la mitad» de sus importaciones de esos productos tecnológicos. Eso dificultará su «capacidad de modernizar su Ejército, degradará su industria aeroespacial y dañará su capacidad de construir barcos», aseveró el mandatario.

No obstante, Biden reconoció que «llevará tiempo» que las sanciones surtan el efecto deseado y hagan cambiar de rumbo a Putin, quien -añadió- «va a poner a prueba la determinación de Occidente» para comprobar si se mantiene unido. Preguntado por qué las sanciones estadounidenses no incluyen la desconexión de Rusia del sistema de transacciones financieras SWIFT, como ha solicitado Ucrania, el presidente respondió que esa «siempre es una opción». Añadió, sin embargo, que «ahora mismo el resto de Europa» no quiere optar por esa medida y defendió que las sanciones que han impuesto Estados Unidos y sus aliados son más potentes que esa desconexión de SWIFT y que «cualquier cosa que se haya hecho antes». Biden no descartó que pueda sancionar al propio Putin e insistió en que la invasión de Ucrania, que comenzó este jueves y ha causado la muerte de al menos 57 ucranianos y heridas a otros 169, acabará «costándole caro» al presidente ruso. «Cuando se escriba la historia de esta era, la decisión de Putin de lanzar una guerra totalmente injustificada contra Ucrania habrá dejado a Rusia más débil y al resto del mundo más fuerte», recalcó.

El mandatario dejó claro que no enviará a tropas estadounidenses «a luchar en Ucrania», pero sí «defenderán el territorio de la OTAN» si es necesario. «Si (Putin) se mueve a países de la OTAN, nos implicaremos», aseguró. El Pentágono anunció que Biden había autorizado el despliegue de 7.000 militares estadounidenses más a Alemania, que se suman a los 6.800 efectivos recientemente enviados por Estados Unidos a ese país y otros del flanco este de la OTAN: Rumanía, Polonia, Estonia, Letonia y Lituania. Otros 80.000 uniformados estadounidenses se encuentran en Europa en misiones permanentes o rotatorias, y este jueves, además, el Departamento de Defensa envió seis cazas F-35 al mar Báltico y el mar Negro. Estados Unidos cree que la operación rusa está «diseñada para tomar el control de centros clave de población» en Ucrania, incluida la capital, Kiev. «Creemos que tienen toda la intención de básicamente decapitar al Gobierno (del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski) e instalar su propia forma de Gobierno», dijo un alto funcionario de Defensa estadounidense, que pidió el anonimato, en declaraciones a varios medios. Biden subrayó que la invasión «se está desarrollando en gran medida como predijo» Estados Unidos, que, en un intento de disuadir a Putin, adoptó la inusual estrategia de publicitar detalles de su información de inteligencia sobre cómo podría tener lugar un ataque a Ucrania.