Las autoridades italianas han tomado drásticas medidas de control en las zonas del norte del país.

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Italia impondrá multas y hasta el arresto a quien quebrante sin motivo el aislamiento de la región de Lombardía y otras 14 provincias del norte, con el objetivo de contener la expansión del coronavirus, que suma 6.387 contagiados y 366 muertos.

El Gobierno italiano ha decretado el aislamiento de unas amplias zonas en las que viven unas 16 millones de personas y donde se han producido la mayor parte de las infecciones en el país. Solo se podrá salir por estrictos motivos laborales, médicos o urgencias.

Son la región de Lombardía y las provincias de Piacenza, Módena, Reggio Emilia, Parma y Rímini, en Emilia-Romaña (norte); Venecia, Padua y Trevisto, en Véneto (norte); Pesaro y Urbino, en Las Marcas (centro), y Vercelli, Novara, Verbano-Cusio-Ossola, Alessandria y Asti, en la región de Piamonte (noroeste).

Desde que en la noche del domingo se emitiera el decreto, las regiones, provincias y municipios exigieron aclaraciones sobre cómo debían implementarlo e incluso han declarado cierto desconcierto.

Personas sin motivo, no

El decreto, entre otras cosas, pide «evitar» el movimiento de personas físicas ya sea para entrar o para salir de los territorios afectados, así como dentro de los mismos.

Pero los habitantes de las zonas controladas sí podrán moverse dentro de ellas o abandonarlas por comprobados motivos de trabajo u otras auténticas exigencias, como problemas de salud.

Se establece, eso sí, la «prohibición absoluta» de quebrantar la cuarentena a aquellos que hayan dado positivo en el coronavirus.

Este bloqueo no afecta al tráfico de mercancías, que pueden entrar y salir de estos territorios, los más industrializados de Italia, pero los transportistas deberán limitarse a «las exigencias de entrega o retirada de mercancías», se lee en una nota oficial.

Arduo control

Una de las dudas que suscitó el decreto fue el modo en que se controlaría una zona tan amplia. El primer ministro, Giuseppe Conte, aseguró que los cuerpos de seguridad se harían cargo de ello.

Las primeras zonas rojas, once pequeños municipios de Lombardía y Véneto con un total de 55.000 habitantes, estuvieron custodiados por el ejército. Ahora las zonas aisladas han aumentado enormemente y militarizarlas resulta imposible.

La ministra del Interior, Luciana Lamorgese, envió la noche del domingo una directiva a los delegados del Gobierno explicando que los controles debían llevarse a cabo por tierra, mar y aire.

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En el documento se establece que para moverse en o desde la zona de «contención reforzada» bastará una «autocertificación» en la que la propia persona asegure sigue motivos laborales o de salud.

La Policía controlará los accesos por carretera y recopilará esos certificados, cuya veracidad «podrá ser analizada sucesivamente».

En cuanto al transporte ferroviario, la Policía, junto a miembros de Protección Civil y de «Ferrovie dello Stato», controlará la entrada y salida de estas zonas recogiendo certificados y verificando la salud de los viajeros midiéndoles la temperatura.

En los aeropuertos, como Milán por ejemplo, los pasajeros que salgan o entren serán sometidos a un control y deberán presentar el certificado, pero no quienes solo hagan una escala.

Para los vuelos internacionales, dentro o fuera del espacio europeo Schengen, solo deberán presentar el certificado los habitantes de esos territorios. Para quienes lleguen de fuera de Italia los pasajeros «deberán explicar el motivo de su viaje».

Medidas idénticas afectarán a los viajeros de naves de cruceros que lleguen a Venecia, donde no podrán desembarcar porque se encuentra en el área aislada pero sí podrán transitar momentáneamente para alcanzar otras infraestructuras necesarias en sus viajes.

Multas y prisión

La directiva de Interior establece sanciones para quienes violen el aislamiento de esta zona sin los mencionados motivos. En concreto quebrantarán el artículo 650 del Código Penal que conlleva arrestos de hasta tres meses y penas de 206 euros por desacato.

Pero las sanciones podrán aumentar si una persona infectada rompe su cuarentena, pues incurriría en un delito doloso contra la salud pública.

El artículo 452 del Código Penal estipula penas que van desde los 3 años de cárcel a la cadena perpetua si un sujeto desata una epidemia o contamina aguas, alimentos u otros bienes de consumo.

Limitaciones en el resto del país

En el resto de Italia siguen vigentes una serie de limitaciones para frenar los contagios, como la suspensión de las lecciones en colegios y Universidades y de manifestaciones y eventos culturales que conlleven aglomeraciones, desde el cine a las discotecas.

Además diez regiones del centro y del sur han establecido controles para las personas procedentes de las zonas aisladas del norte o que hayan transitado por ellas. Deberán comunicarlo a su llegada a las autoridades sanitarias y estar 14 días en cuarentena. Son la Toscana, el Lacio, Apulia, Calabria, Molise, Basilicata, Abruzos, Campania y las islas de Sicilia y Cerdeña.