Una hamaca vuelta de lrevés sirve de altar en honor de las víctimas del atentado de Túnez. | Reuters
28/06/15 0:00
La masacre ha conmocionado a Túnez y sacudido, de nuevo, su exitosa transición política y su endeble y vulnerable economía. El ataque, el segundo desde que el 18 de marzo otros dos yihadistas matarán a 24 personas –22 de ellas turistas extranjeros– en el museo de El Bardo, supone un golpe de gracia para la industria del turismo en Túnez, país que recibe unos 6 millones de visitantes anuales y que desde 2014 parecía que comenzaba a resucitar tras cuatro años sepultada por los efectos de la revolución popular que en 2011 derrocó el régimen dictatorial de Ben Alí.
1 comentario
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... Un buen chute de secularismo es lo que necesita el maghreb. Se les quitarían todas esas tonterías religiosas y serían tan felices como lo somos los europeos.