Tras treinta sesiones de radiación con protones, que han exigido anestesia, el niño sólo ha perdido algo de pelo, tiene algunas marcas en la piel, le falta motricidad y no habla aún, pero mantiene el apetito y distingue los sabores.
«Tras las resonancias magnéticas, no hay constancia de que tenga tumor», dijo hoy Brett King, el padre de Ashya, a los medios de comunicación en el Proton Therapy Centre (PTC) de la capital checa.
Brett King y su mujer estuvieron detenidos en España unos días por una orden de búsqueda y captura británica, después retirada, tras llevarse a su hijo sin autorización médica de un hospital de Southampton, donde había sido internado para extirpar el tumor.
Ashya, según su padre, «ha tenido una mejoría desde que llegó aquí. Antes estaba en la cama y ahora trata de andar, se sienta. Hemos empezado a comunicarnos con él, aunque no habla, pero asiente con la cabeza. Ya bebe. Si le damos 700 u 800 mililitros de líquido al día, ya no necesitará el tubo».
La familia ha decidido volver a España, donde tienen una propiedad en Casares (Málaga) y donde los dos hermanos mayores de Ashya están escolarizados.
La idea es retornar a «la vida normal», afirma King.
«No nos sentimos totalmente seguros para volver a Inglaterra. Algo dentro nos dice que podría ocurrir algo. Queremos volver a España, relajarnos, comenzar el tratamiento de Ashya y después de que hayan hecho la investigación en Inglaterra, entonces podremos volver», añadió.
King reconoció hoy: «Estamos muy felices que consiguió el tratamiento, y mereció la pena afrontar todas esas penalidades. Nuestras amarguras no son importantes. Pasamos tiempo en prisión, pero mantener a Ashya con nosotros es nuestro principal objetivo».
Eso sí, dejó claro que lo que les pasó «no debería volver a ocurrir».
En España, Ashya seguirá bajo el control del doctor argentino Hernán Cortés-Funes, jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, y también de la Unidad de Oncología del Hospital Internacional HC Marbella.
Cortés-Funes, que visitó Praga esta semana, ha sugerido una droga de baja toxicidad como es la «lomustina» (CCNU), «pero no es algo definitivo», afirmó King sobre el futuro tratamiento, que se podría prolongar durante cinco meses.
En ese tiempo estarán listos los análisis de la biopsia de Ashya que se realizan en Inglaterra, cuyo National Health Service (NHS) se ha hecho cargo del elevado coste de este tratamiento en Praga.
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