Ni eucalipto ni tomillo: esta es la planta milenaria que ayuda a calmar la tos y combatir el resfriado

La raíz de regaliz contiene glicirricina, un compuesto activo que le confiere su característico sabor dulce y potencia sus efectos terapéuticos. Este componente estimula la producción de moco saludable en las vías respiratorias, facilitando la expulsión de flemas y aliviando la congestión. Además, su acción antiinflamatoria ayuda a reducir la irritación de las membranas mucosas, proporcionando alivio en casos de faringitis, laringitis y bronquitis.

Diversos estudios han demostrado que el regaliz posee propiedades antivirales, atribuidas a su capacidad para inducir y aumentar la producción de interferones, proteínas que desempeñan un papel crucial en la respuesta inmunitaria contra infecciones virales. Esta actividad antiviral respalda su uso tradicional en el tratamiento de afecciones respiratorias comunes, como el resfriado y la gripe.

Para aprovechar sus beneficios, es común preparar infusiones con la raíz seca de regaliz. La decocción de una cucharadita de raíz por taza de agua caliente, consumida tres veces al día, puede ayudar a aliviar la tos y mejorar los síntomas respiratorios. Sin embargo, es importante moderar su consumo, ya que el uso prolongado o en dosis elevadas puede provocar efectos secundarios como hipertensión arterial, retención de líquidos y disminución de los niveles de potasio. Por ello, se recomienda no exceder las dosis diarias recomendadas y evitar su uso en personas con hipertensión, insuficiencia renal o hepática, y durante el embarazo.

Además de sus aplicaciones en el ámbito respiratorio, el regaliz es conocido por sus propiedades digestivas. Actúa como un protector gástrico natural, siendo útil en el tratamiento de afecciones como la acidez estomacal, la indigestión y las úlceras gástricas. Su acción antiinflamatoria y antiespasmódica contribuye a aliviar molestias gastrointestinales, mejorando la digestión y reduciendo la formación de gases.

A lo largo de la historia, el regaliz ha sido valorado en diversas culturas por sus propiedades medicinales. En la medicina tradicional china, se ha utilizado durante más de 5.000 años para tratar problemas respiratorios y digestivos. En la India, la medicina ayurvédica lo emplea para abordar afecciones respiratorias, digestivas y cutáneas. Los antiguos egipcios lo utilizaban para elaborar cosméticos y perfumes, así como para tratar problemas de salud.