Este ingenioso truco, que ha ganado popularidad en las redes sociales, consiste en colocar el huevo cocido en un recipiente pequeño, como un tupper o un frasco vacío, junto con un poco de agua. Una vez dentro, se agita el recipiente con fuerza durante unos segundos. Este movimiento provoca que la cáscara se agriete y se desprenda casi por completo del huevo, facilitando su remoción sin necesidad de utilizar las manos directamente.
La eficacia de este método se debe a que el agua actúa como un lubricante entre la cáscara y la clara del huevo, mientras que la agitación crea pequeñas fracturas en la cáscara, permitiendo que se separe con mayor facilidad. Además, este procedimiento minimiza el contacto directo con el huevo, lo que puede ser beneficioso desde una perspectiva higiénica.
Para obtener resultados óptimos, es recomendable utilizar huevos que hayan estado en la nevera durante varios días antes de cocerlos. Los huevos más frescos tienden a ser más difíciles de pelar debido a que la membrana interna se adhiere más firmemente a la cáscara. Con el paso de los días, el pH del huevo cambia, facilitando la separación de la cáscara.
Otro consejo útil es añadir una pizca de sal o un chorrito de vinagre al agua de cocción. Estos aditivos pueden ayudar a que la cáscara se desprenda más fácilmente al debilitar la membrana que une la cáscara con la clara.
Este método no solo es eficiente, sino que también añade un toque de diversión al proceso culinario. La próxima vez que prepares huevos duros, prueba esta técnica y sorpréndete con lo sencillo que resulta pelarlos sin esfuerzo y sin ensuciarte las manos.
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