Por otro lado, la margarina se produce a partir de aceites vegetales y, en general, contiene una mayor proporción de grasas insaturadas, consideradas más saludables para el corazón. No obstante, su perfil nutricional puede variar según los aceites utilizados y el proceso de fabricación. En el pasado, algunas margarinas contenían grasas trans debido a la hidrogenación parcial de los aceites, pero muchas marcas han reformulado sus productos para eliminar estas grasas perjudiciales.
El investigador Miguel Herrero, del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL) del CSIC, señala que «si bien la mantequilla es rica en ácidos grasos saturados, la margarina puede serlo igualmente, dado que su composición dependerá directamente de la variedad o variedades vegetales que se hayan utilizado para su elaboración». Herrero enfatiza que, debido al alto contenido en grasas de ambos productos, «dentro de una dieta saludable, sería recomendable evitar ambos en lo posible y, en todo caso, consumirlos esporádicamente».
Para quienes buscan alternativas más saludables, es aconsejable optar por fuentes de grasas insaturadas presentes en alimentos como aguacates, frutos secos, semillas y aceite de oliva virgen extra. Estos alimentos no solo aportan grasas beneficiosas, sino también otros nutrientes esenciales que contribuyen al bienestar general.
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