Mucha gente buscan alternativas más bajas en sodio- | Freepik

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El sodio es esencial para funciones corporales como la hidratación y el mantenimiento de la presión arterial. Sin embargo, su consumo excesivo, principalmente a través de la sal común, puede derivar en problemas de salud como la hipertensión. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no superar los 5 gramos de sal al día, aproximadamente una cucharadita.

Para quienes buscan reducir la ingesta de sal sin sacrificar el sabor de sus comidas, existen alternativas naturales que pueden realzar los platos de manera saludable. Las hierbas frescas y secas, como el orégano, el tomillo, el romero y la albahaca, aportan aromas intensos que enriquecen las preparaciones culinarias. Las especias, entre ellas la pimienta, el comino, el curry y la cúrcuma, ofrecen sabores profundos y complejos que pueden sustituir eficazmente a la sal.

El uso de cítricos, como el jugo y la ralladura de limón o naranja, añade un toque ácido y refrescante que potencia el gusto de los alimentos. Asimismo, el vinagre en sus diversas variedades (balsámico, de manzana, de vino) introduce notas ácidas que equilibran y realzan los sabores de los platos.

El ajo y la cebolla, ya sea frescos, asados o en polvo, proporcionan un sabor umami que puede compensar la reducción de sal en las recetas. Además, las semillas y frutos secos tostados, como el sésamo, las nueces o las almendras, aportan texturas crujientes y matices gustativos que enriquecen las comidas.

Es importante destacar que, aunque existen sales bajas en sodio o sales potásicas en el mercado, su uso debe ser moderado y bajo supervisión médica, especialmente en personas con afecciones renales o cardíacas, ya que un exceso de potasio también puede ser perjudicial.

Reducir la sal en la dieta no implica renunciar al placer de una comida sabrosa. Incorporar estas alternativas permite disfrutar de platos llenos de sabor mientras se cuida la salud cardiovascular. Además, al disminuir progresivamente la cantidad de sal, el paladar se adapta y comienza a apreciar mejor los sabores naturales de los alimentos.