Por lo general estos envases no están hechos para ser conservados en la nevera. | Freepik

TW
0

Al guardar restos de comida o bebidas en la nevera, es común recurrir a cualquier recipiente a mano, incluida la propia lata en la que venían originalmente. No obstante, diversos especialistas han alertado que esta práctica puede resultar perjudicial tanto para la calidad de los alimentos como para la salud. Aunque puede parecer una solución rápida, existen razones de peso para no almacenar latas abiertas en el refrigerador.

El deterioro del material y el riesgo de contaminación

El principal motivo para evitar almacenar latas abiertas en la nevera está relacionado con el material de la propia lata, generalmente de acero o aluminio recubierto. Cuando una lata se abre, el metal comienza a interactuar con el oxígeno del aire y con la acidez o alcalinidad de los alimentos que contiene, provocando un proceso de oxidación. Este proceso puede liberar partículas metálicas que terminan en la comida, lo cual no solo altera su sabor, sino que también supone un riesgo para la salud.

Además, el frío de la nevera puede acelerar este proceso de oxidación, sobre todo en los bordes de la lata que han sido expuestos al cortar la tapa. Estas pequeñas partículas metálicas que se desprenden pueden ser ingeridas, incrementando el riesgo de intoxicación o malestar gastrointestinal.

Otro factor a tener en cuenta es que las latas no están diseñadas para su conservación prolongada una vez abiertas. El ambiente húmedo del refrigerador junto con la exposición al oxígeno puede aumentar las probabilidades de que los alimentos dentro de la lata se contaminen con bacterias o mohos, lo que podría ocasionar intoxicaciones alimentarias.

Pérdida de calidad de los alimentos

Otro de los riesgos de dejar latas abiertas en la nevera es la pérdida de la frescura y el sabor original de los alimentos. Las latas abiertas permiten la entrada de aire, lo que altera la textura y el sabor de productos como frutas, vegetales en conserva o salsas. Además, al no estar cerradas herméticamente, los alimentos pueden absorber los olores de otros productos almacenados en el refrigerador, lo que puede afectar su calidad.

La mejor manera de almacenar los alimentos enlatados

Para evitar estos problemas, los especialistas recomiendan transferir los restos de comida o bebida a recipientes de vidrio o plástico herméticos antes de refrigerarlos. Estos materiales son más seguros, ya que no interactúan con los alimentos y ayudan a mantener su frescura y sabor durante más tiempo. Además, es importante etiquetar los recipientes con la fecha en la que se guardaron los alimentos para evitar consumir productos en mal estado.