Elías viene de orígenes humildes, se crió de pequeño en una familia de clase trabajadora de Badalona. Hijo de un electricista, estudió ingeniería industrial en la Universidad Politécnica de Cataluña y no tardó en iniciar su aventura como emprendedor, a los 19 años ya había puesto en marcha sus dos primeros proyectos, que sin embargo fracasaron. Tan solo unas décadas más tarde se ha convertido en unas de las personas más ricas del país.
José Elías ha fabricado su fortuna en el sector de las energías renovables como presidente de Audax Renovables, una empresa con parques eólicos en España, Francia y Polonia que, además, está desarrollando proyectos solares en España, Portugal e Italia. Como explicó en la revista Forbes, «en 2009, con la liberación del mercado eléctrico, el empresario fundó Orus Energía, comercializadora de luz y gas que compraría Audax Energía, con la que lanzaría una OPA sobre Fersa Energías Renovables, que cotizaba en bolsa».
También es propietario de empresas en sectores como el sanitario, telecomunicaciones, infraestructuras o congelados. En este último, Elías compró el 100 % de La Sirena a un fondo inglés y, como explicó en los micrófonos de la Cadena SER, trajo la dirección y la sede de esta compañía de vuelta a Cataluña.
Conocido por avalar a Joan Laporta
Elías explicó en el programa cómo fue el proceso por el que se convirtió en avalista de Joan Laporta en el regreso de éste a la presidencia del F.C. Barcelona, una circunstancia que terminó por sacarle del anonimato definitivamente: «Si lo llego a saber igual no lo hubiese hecho, he pasado un año bastante malo», confesó, ya que es muy celoso de su intimidad.
Además de querer seguir siendo anónimo, tampoco quiere ser un empresario al uso. Elías no tiene secretaria, ni oficina, ni una gran estructura directiva. Además, asegura que el dinero no da la felicidad y que la verdadera felicidad está en sus amigos de siempre, su pareja y sus hijos. Aún así, a pesar de querer ser una persona normal, sí se ha dado algunos caprichos como el dinero que ha ganado. El empresario catalán tiene una gran mansión, un helicóptero, y un Ferrari que se compró «para usarlo cada día, para ir al Mercadona». Sin embargo, confesó que renunciaría a todo por volver a tener a sus padres, que fallecieron cuando él solo tenía 23 años.
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