Estimados señores. Tengo una casa en Llucmaçanes, Cami de Biniati, al lado de la Iglesia de Sant Gaietà. Vengo a Menorca desde hace 25 años y puedo decir que estoy muy aficionada a esta isla, tal vez más que algunos de sus habitantes. Para quien no lo conoce, Llucmaçanes es un pueblo muy hermoso, un lugar tranquilo donde todos, o casi, se conocen. Cada año su tranquilidad es rota por la fiesta dedicada al santo patrón, Sant Gaietà. Una fiesta llena de tradición, colores, caballos estupendos, música y diversión para familias, jóvenes y menos jóvenes. Desafortunadamente, con esta fiesta, encima de la parte hermosa y fascinante de la tradición, el pueblo se llena de una gran cantidad de situaciones menos agradables. En la noche del sábado, el pueblo esta hundido por la basura, los jóvenes borrachos y camellos que se agrupan en las calles menos iluminadas en la parte posterior de la iglesia (de hecho Camí de Biniati) que vacían sus vejigas en las paredes de las casas y hasta se conceden algúnos actos de vandalismo. La policía, a pesar de que esta presente en fuerzas y conoce la situación, no hace servicio de seguridad en las calles adyacentes a la plaza donde se concentran los traficantes de drogas, dada la falta de iluminación. El resultado es que las casas están rodeadas hasta las cinco de la mañana de gente poco recomendable que a veces intentan entrar en las casas o se paran en grupos en frente de las entradas y las calles vienen cubiertas de basura que nadie recoge, obligando a los residentes a reemplazar el servicio de limpieza. Menuda imagen para esta isla increíble y esta comunidad!!! Entre otras cosas, yo pago mis impuestos regularmente para esto, al casco urbano: y a frente de que servicio? Ninguno! La situación parecía mejorada en los últimos dos años, pero este año ha sido una vuelta al pasado y lo que es más preocupante es el regreso de los traficantes de drogas y el consumo de drogas... LB