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Gourmet

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Las palabras nacen, crecen y mueren, realizando un largo y azaroso viaje junto con sus creadores humanos: los hablantes. De hecho, eso de Homo Sapiens es un poco pretencioso. Unos son más sapiens que otros. Y otros no sapiens nada. Sería mejor Homo Loquens, porque si algo nos distingue como especie, es eso de hablar. Todo el mundo habla y lo hace a todas horas. Unos saben de lo que hablan y otros hablan por hablar. Cada palabra tiene una historia apasionante. Por ejemplo: gourmet.

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Es francesa pero la usamos porque ellos inventaron los restaurantes. También tenemos tiendas gourmet, donde venden productos selectos. Cuando una persona tiene gustos exquisitos en cuanto a comida o bebida, decimos que es un gourmet o sibarita. Sibarita, en cambio, viene del latín que la cogió del griego. Síbaris fue una antigua ciudad griega del golfo de Tarento, en el sur de Italia, que se hizo célebre por su riqueza y el refinamiento de sus habitantes. Epicúreo, hedonista, voluptuoso, son términos relacionados. En Menorca, cuando alguien es gourmet, decimos que es un «llepadits». Uno de los placeres de la vida es mezclar el paladar con la amistad. Reunirse para saborear alguna comida o bebida con calma; nada de comida rápida, comida basura o ultraprocesados. Entonces, te sientes un poco gourmet y si bebes vino, te olvidas por un momento del precio y de lo malo. Rodeado de amigos, te dedicas a lo que nos hace humanos: hablar.