Recuerdo una frase que leí hace unos meses que decía que «un amigo es un regalo que te haces a tí mismo» y recordando las conversaciones y buenos momentos pasados con Ramón Homs me doy cuenta de la enorme verdad que encierra la frase. Ramón Homs fue una gran persona y un muy buen amigo al que conocí recién iniciada la década de los setenta.
La triste noticia de su fallecimiento me llegó a través de dos whatsapp y una llamada telefónica. Ramón tenía una mala salud de hierro y una avanzada edad, pero su desenlace fue, si se puede decir de esta forma, algo inesperado. La muerte, hace unos meses, de su esposa Mercedes, con la que estaba muy unido, fue un golpe duro que en nada ayudó a su ya de por sí delicado estado de salud.
Ramón Homs, a pesar de haber sido uno de los pioneros del sector hotelero menorquín donde ejerció con gran profesionalidad la dirección, entre otros, del buque insignia (Port Mahón) del grupo de hoteles que promovió, junto con un grupo de empresarios de la Isla, el exalcalde de Mahón, Juan Victory Manella, será recordado principalmente por haber sido elegido el primer alcalde de Mahón durante el periodo democrático que arranca con la Constitución de 1978.
Yo había conocido, como decía al principio de estas letras, a Ramón Homs como director de varias empresas hoteleras de la Isla. Desde el principio me percaté de su responsabilidad y rectitud en el desempeño de sus funciones profesionales, ejemplo de un directivo comprometido con su trabajo, serio y eficaz. Estas fueron las cualidades que valoré a la hora de invitarle a que entrara en política. No fue fácil convencerle y menos que aceptara encabezar la candidatura municipal de UCD al Ayuntamiento de Mahón. Al final, la opinión favorable de su esposa Mercedes hija y nieta de dos exalcaldes de Mahón, fue definitiva para que aceptara encabezar nuestra candidatura.
Su trabajo al frente de la alcaldía no nos defraudó. Asumió su responsabilidad pública con la misma entrega, compromiso y rectitud que demostró a lo largo de su prolongada vida laboral. Siempre le agradecí a Ramón que aceptara nuestra oferta de entrar en política (sin tener una vocación tan pronunciada como podíamos tener otros) y que pusiera su máximo empeño, como así hizo, en desarrollar con ejemplaridad y rigor su papel como primer edil del recién constituido Consistorio democrático de nuestra ciudad.
Su acción política, como no podía ser de otra manera, dada su personalidad y forma de ser, hizo honor a los valores del centrismo político basados en la moderación, el diálogo y la tolerancia lo que facilitó un buen entente entre todos los miembros del Consistorio.
Desde mi punto de vista, el Ayuntamiento de Mahón fue un ejemplo más del clima de respeto y buenas formas que imperó durante la transición. Él, juntamente con miles de políticos de aquella época, han hecho posible los mejores años en democracia de la historia de España.
Descanse en paz.