Vengo siguiendo con atención -e indiscutible cariño- los nuevos tiempos del general Francisco Gan, comprometido tras decisión de indiscutible coraje y riesgo, con la reconstrucción de una Valencia diezmada por la DANA. Ahora, el experto en Montaña y Operaciones Especiales, conquistador de ocho miles y reno de carga atravesando el Ártico a pie, debe poner a prueba todas sus habilidades, sortear aludes políticos, meteorologías de crispación, fuego enemigo y, el peor de todos, fuego amigo.
A día de hoy tomar una decisión de este calado no es fácil. Máxime cuando debes encuadrarte en un ambiente politizado y burocratizado, en el que decidir no es solamente seleccionar opciones, -líneas de acción las llamamos nosotros- sino renunciar muchas veces a la mejor, la más urgente, la más sensible socialmente.
Porque está claro que ahora pagamos pecados de unos utópicos medioambientalistas que pensaron que el esponjamiento de una huerta, era suficiente para absorber riadas de un Júcar al que los árabes ya llamaban ‘el destructor’. O no quisieron construir presas para no ser acusados de neofranquistas, sin saber que el diseño de aquellas, viene del Conde Guadalhorce en tiempos de Alfonso XIII. Y decían preocuparse por la presa de La Forata, que incluso admitió más hectómetros cúbicos de los previstos, olvidando que la generación de Ingenieros que la construyó era técnicamente extraordinara. ¡Pensaban los tontos de ahora, que todos eran de su misma condición! «Porque han faltado infraestructuras hidráulicas, de retención, laminación y minimización, en toda una cuenca hidrográfica» señalaba Gan en reciente entrevista en «La Razón» (1). Denuncia «el colapso de una de las obras más importantes, debida a un dictamen del Consell de l’Horta, que paralizó las obras del trasvase del Barranco de la Saleta al nuevo cauce del Turia». Seguramente se equivoca el PSOE al personarse en la causa de la DANA como acusación popular. Puede salirle el tiro por la culata, con rebotes de esquirlas en Bruselas.
Completaba sus interesantes manifestaciones con un: «ahora más que un responsable, buscamos un chivo expiatorio»; «cargar todas las culpas a un chivo, hace sentirse moralmente liberados a otros responsables». Quejándose a la vez de: «no entender ni compartir el rifirrafe entre mandatarios, que al final repercute en el dolor de personas». Concreta que: «aunque será imposible eliminar por completo el riesgo, lo que hay que hacer es afrontar reformas y cambiar mentalidades». Denuncia que falta «unidad de propósito» lo que militarmente llamamos «voluntad de vencer» (todos a una), que debería ser prioritario por parte de todas las administraciones. Piensa que no lo es.
Invoca «un Pacto de Estado entre los grandes partidos para desatascar el Plan Hidrológico Nacional, quizás el más urgente», porque las Comunidades Autónomas ante catástrofes de este tipo no tienen suficiente capacidad. Ayer fue La Palma; mañana pueden ser Cataluña o Extremadura. Son las Comisiones Mixtas dirigidas por la Administración General del Estado, las que tienen mayor capacidad. De ahí que priorice en su trabajo las conexiones con el representante del Gobierno para la reconstrucción José María Ángel. Pero aquí le ha aparecido otro ochomil a superar. El portavoz de Vox en las Cortes valencianas José María Llanos no dudó en llamarle, entre otras lindezas, «infiltrado del traidor Sánchez». ¡Lo que te faltaba mi General! «Soy un cargo, porque lo he decidido, pero no obedezco criterios políticos que vayan en contra de criterios técnicos. Podemos estar o no de acuerdo, pero es mi forma de pensar», contestó serenamente, señalan las crónicas.
Evita valorar la aportación de las Fuerzas Armadas, pero ante la postura de la ministra de Defensa que nunca quiso asumir el retraso de tres días e incluso «quemó» al General de la UME por intentar justificarlo, pasa un mensaje claro: «En el Camping de Biescas en 1996 murieron 96 personas; acabábamos de regresar de Bosnia; el día siguiente estábamos allí».
Hemos hablado de mentalidades. Y el mensaje va dirigido a una sociedad valenciana, propensa a cierto derrotismo por la trágica periodicidad de estas riadas. Debe reflexionar y cambiar de actitud.
Pongamos que la alerta se hubiese anunciado en tiempo útil. ¿Hubiera reaccionado como reaccionan las poblaciones del sur de EE.UU. ante aviso de ciclón? Allí, salen en coche o como pueden, rumbo a casas de familiares o amigos situadas más al norte. ¿Ante un anuncio de riadas, bajarían al garaje para salvar su coche? ¿Falta confianza en las alertas de Aemet? ¿Se advierte demasiadas veces que viene el lobo?
Hay más laberintos a tu alrededor mi General, con relojes que marcan diferentes horas. Pero el tuyo es especial, porque cristalizas en otro sistema, porque esgrimes valores clave para salir de él, con éxito.
¡Lo conseguirás! ¡Como otro montañero, el general Georgelin en Nôtre Dâme!
1. La Razón 9 febrero 2025
* Artículo publicado en «La Razón» el jueves 27 de febrero de 2025.