TW

Puede que no, que ahora mismo no te lo parezca, que no compartas el titular que he elegido para esta semana y tengas la sensación de que sí que pasa. Y que pasa mucho. Pero no, no pasa nada. ¿Sabes? A veces nos alarmamos y nos agobiamos por encima de nuestras posibilidades por un error que podamos cometer y nos persigue con una sensación de que hemos hecho algo malo cuando en realidad tampoco pasa nada. Lo que en realidad necesitamos es mirarlo todo con perspectiva.

Si a ti te pasa, como a mí, que hemos tenido algunos momentos en los que nos hemos llegado a sentir mal por algo que nos han dicho o en lo que nos hemos equivocado (dentro de los límites legales), te propongo una especie de solución. Piensa si lo que te afecta te afectará igual dentro de 1 año, de 5 o de 10, quizás. Míralo con perspectiva y decide, si en realidad, es para tanto.

Está claro que no a todo el mundo le afecta igual lo mismo y que hay quien lo relativiza mejor ahorrándose un mal rato que a mí, por ejemplo, se me hace especialmente amargo.

Noticias relacionadas

2 En mi opinión, en el colegio nos han enseñado algunas cosas de menos y otras de más. Por ejemplo, no tengo ni puñetera idea de para qué me sirve hoy en día resolver un logaritmo neperiano (te aseguro de que no sería capaz ni aunque me fuera la vida en ello) y en cambio nadie nos enseñó por ejemplo a tolerar o a digerir noticias menos agradables, o como mínimo a relativizarlas.

Y lo sé, probablemente te parecerá una tontería, pero piénsalo bien. Estos malos momentos nos acompañan a lo largo de nuestra vida, queramos o no, y yo creo que llevarlos mejor nos ahorraría muchas cosas malas.

A mí me ha pasado este mismo viernes, poco antes de ponerme a escribir estas líneas. Algo ha chirriado, me ha tenido un rato regulinchi, dándole vueltas y buscando una solución, como si encontrándola fuese a cambiar algo. Además, para más inri, es algo que no me afecta ni en Menorca, una soberana tontería, y cuando, tras el mal trago, lo he pensado en frío, me he preguntado cómo me iba a afectar dentro de un mes o de un año, quizás.

Lo reconozco, la terapia ha sido instantánea. Y te lo recomiendo. Para el puñado de años que nos va a regalar la vida, convendría no ir perdiendo el tiempo en cosas que no importan ni la mitad de lo que son, ni son la mitad de lo que importan.