Orwell ya nos avisó: el control sobre la sociedad llegaría de la mano de la manipulación, la vigilancia y la represión. La década de los años ochenta queda ya lejos. También quedaba lejos cuando lo escribió. El libro actuó de antídoto, sin duda. Eran años de complejos, por suerte. No como ahora que sólo se acomplejan los unos. No los otros.
Los comunistas desaparecían poco a poco de la esfera política. «Nosotros» del ruso Zamiatin en que se inspiró Orwell, tampoco era una amenaza. Los fascistas y los nazis, mucho menos. La socialdemocracia y la democracia-cristiana sabían alternarse civilizadamente en el poder. La moderación era una virtud, no una necesidad. Zapatero aún no necesitaba tensionar.
Con el tiempo nos han liberado de complejos. De algunos complejos. O, todo lo contrario. ¿Se ha liberado el esclavo de la caverna de La República y nos tiene confundidos? ¿Vivimos la realidad o somos como aquellos encadenados que solo veían las sombras proyectadas por el fuego? ¿Estamos locos o demasiado cuerdos? ¿Hay mitad de locos y mitad de cuerdos? ¿Mitad es buena, y la otra mitad mala?
¿Dónde está el término medio? ¿Dónde está la sensatez? ¿Será el bueno tan bueno y el malo tan malo? ¿Por qué a los mediocres siempre nos sitúan en uno de los extremos? ¿Por qué el ambiente político está tan crispado? ¿Por qué hay tanto interés en crispar el ambiente?
Más que preguntarse si hay diferencias entre la novela de Orwell y la llamada Agenda 2030 cabría preguntarse si hay similitudes entre ambos proyectos. 1984 es la finalidad. La Agenda 2030 puede ser un mecanismo de acceso si no se controla adecuadamente. Para algunos -los malos de la película- la covid fue un campo de pruebas. Al menos, el poder oficial ensayó mecanismos de control de la población. Y ahí sigue, paso a paso. Lo próximo será el «escudo europeo» para combatir las injerencias extranjeras. El disfraz a medida para la máquina del fango y las fake news.
Retrocedemos. Volvemos atrás a marchas forzadas. Los comunistas regresan. Los fascistas, también. ¿Dónde queda la libertad, el respeto, la democracia...? La Guerra es Paz. La Libertad es Esclavitud. La Ignorancia es Fuerza. ¿O será todo lo contrario? Deberemos preguntárselo al O'Brien actual. ¿Será Bolaños o Patxi López?
Un nuevo orden mundial se está gestando. Otro nuevo orden mundial. Trump ha desbaratado la Agenda 2030 y la de los BRICS. Y no está solo. Con la mitad al menos de adeptos. Y la España del marido de la Begoña, con el paso cambiado, como siempre. Y con mitad también de adeptos. La otra mitad, acomplejada.
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