Quizá haya cosas más importantes que el dinero, como nos gusta repetir desde hace siglos para hacernos los interesantes, pero de qué te sirven si no tienes dinero. Algunos creen que fue el dinero y no la escritura, lo que marcó el inicio de la Historia humana, es decir, del pensamiento abstracto, porque antes de que existiese siquiera el concepto de moneda, ya hacían las veces de moneda toda clase de pequeños objetos atractivos. Conchas nacaradas de bivalvos, huesos pulidos, piedrecillas o dientes de oso. Adornos, en fin, pero útiles para intercambios. El dinero fue un invento muy lento, que se desarrolló a lo largo de milenios en todas partes donde hubiese grupos humanos, y así hasta que ya en nuestros días empezó a adquirir vida propia, hasta tal punto que en lugar de ser el mayor invento de la humanidad, es como si la humanidad fuese ahora un invento del dinero. Para crecer y reproducirse, naturalmente, para poder circular, que es lo único que pretende el dinero. Circular. De las primeras monedas, que solo podían acuñar reyes y caudillos, y que más tarde fueron el origen de las naciones soberanas (soberanas para fabricar dinero), hasta el dinero virtual del presente y las criptomonedas, una actualización de los famosos monederos falsos, ha pasado efectivamente mucho tiempo. Dicen que el dinero es cobarde, pero no, es que es lento. Y conforme se iba desarrollando y perfeccionando (adquiriendo vida propia), engendró por su cuenta el revolucionario concepto de precio, a su vez cargado de connotaciones filosóficas, biológicas, psicológicas y morales, además de las económicas.
Grandes inventos. El dinero
10/02/25 4:00
También en Opinión
- Más de dos millones de turistas no pagaron ni hotel ni apartamento en Baleares en 2024
- Un conductor que casi sextuplicaba la tasa de alcohol se estrella contra una farola en Calespiques
- Los veterinarios de Menorca cierran las consultas en protesta por la nueva normativa
- Herido en un bar de copas de Ciutadella al ser expulsado por el portero
- El cerco al alquiler turístico en Menorca resta clientes a las casas y los deriva hacia los hoteles