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Hace unos días tuve la alegría de reunirme con el club de amas de casa de Alaior. Catalina Gomila me había propuesto dar una charla, pero le expresé que no me sentía con la autoridad necesaria para ofrecer una conferencia ante un grupo como el suyo; son personas que han vivido mucho, llenas de experiencias y de sabiduría. Ellas, en cualquier caso, tienen más que contarme y enseñarme a mí que yo a ellas. Mujeres con una comprensión genuina de la vida, fruto de su trabajo, tanto dentro como fuera del hogar. Por ello, me acerqué al centro cultural decidida a llevar a cabo un coloquio.

Señalaré que, entre las cincuenta mujeres presentes, había cuatro valientes hombres. Lancé al grupo la invitación para proponer temas que les interesaran o preocuparan. Las sugerencias se centraron en un mismo tema: la vejez.

Hay una hermosa canción compuesta por Toby Keith para la película «Mula». La inspiración provino de una frase de su director y protagonista, el actor nonagenario Clint Eastwood, quien, al ser preguntado por Keith sobre cómo se mantiene activo y brillante a su edad, respondió: «Cuando me levanto todos los días, no dejo entrar al viejo».

El Centro Internacional sobre el Envejecimiento (CENIE), dependiente de la Universidad de Salamanca, investiga sobre la longevidad. El aumento de la esperanza de vida es nuestra mayor conquista como sociedad. No solo hay más personas que tienen la fortuna de vivir más años, sino que lo hacemos en mejores condiciones de salud, económicas y sociales. Esta mayor esperanza de vida, acompañada de mejores circunstancias, ha permitido que la vejez adquiera un nuevo significado y sea vista y vivida como una etapa de continuidad, libertad y pertenencia, llena de nuevas experiencias positivas en la que las personas mayores tienen mucho que ofrecer a la sociedad.

Sin embargo, la sociedad se enfrenta a un proceso global de envejecimiento, consecuencia de este aumento progresivo de la esperanza de vida y de la reducción de las tasas de natalidad. Esto genera una alteración en las pirámides poblacionales, de la que    surgen importantes consecuencias sociales y económicas. El creciente aumento de la población mayor de 65 años se ha convertido en un factor determinante en el panorama social europeo y mundial.

La longevidad también ha cambiado la percepción de dónde comienza la vejez hoy en día. Una alimentación equilibrada, el ejercicio físico y la prevención de la salud son pilares fundamentales para transformar la apreciación del «peso de los años». Como dice la canción de Keith: «pregúntate a ti mismo cómo serías si no supieras el día que naciste». Para «no dejar entrar al viejo» en nosotros, la canción resalta ideas importantes que se plasman en la película, como mantener la ilusión por la vida, tener un propósito cada día, amar a los que nos rodean, mantener relaciones con los amigos y cultivar una vida social activa. Estas son buenas costumbres que desmantelan el estigma del adjetivo ‘anciano’.

La canción «Don’t let the old man in» evoca en mí a personas entrañables de nuestra sociedad menorquina que atesoran la memoria de nuestra vida común. Una de ellas es Antonio Casero, un hombre octogenario que vive con pasión. Su devoradora afición por la lectura y el encanto del campo lo convierten en una persona extraordinariamente interesante. Bendecido con una buena memoria, sus conversaciones están llenas de historias y anécdotas que le permiten revivir muchos buenos momentos y superar los obstáculos de la vida, logrando que «no le entre el viejo».