Directo al grano: ¿Por qué han cambiado de bando tantos intelectuales antes de izquierda y ahora reconvertidos en críticos ante el sanchismo? Creo que es una buena, e inquietante, pregunta. Sí ¿por qué hay tantos articulistas, periodistas, escritores, autores... que, siendo antes amables con el socialismo hoy le critican de forma inmisericorde? ¿Serán todos ellos unos fachas revenidos? ¿Han enloquecido todos a la vez? ¿Han devenido en neofranquistas camuflados? ¿Por qué todos ellos sienten animadversión contra Sánchez?
La lista que se alarga hasta el infinito tiene su núcleo matriz ubicado en buena parte en los cambios impuestos por Sánchez en su día en el diario «El País». ¿Quién no recuerda los innumerables escritos de Fernando Savater en este periódico? De hecho «El País» era Savater y a la inversa. ¡Él le dio buena parte de su prestigio y su cariz de modernidad! ¿Y qué decir de Juan Luis Cebrián? ¿No fue Cebrián el artífice real de aquel diario progresista y moderno que cautivó en la Transición a media España? ¿No fue él quien sacó aquella portada cuando el 23 F en defensa de la Constitución del 78, aquel beneficioso ‘tampax’ que secaba las diferencias y enfrentamientos entre españoles? ¿Por qué están pues ahora nítidamente enfrentados al sanchismo?
Más. Y qué decir del académico Félix de Azúa (que estos días publica unos maravillosos escritos en «The Objective» sobre el arte gótico en su relación con el tiempo y las distintas épocas) o ¿cómo no recordar los escritos del Catedrático Francesc de Carreras? (a quien invité a Mahón a dar una conferencia magistral sobre las imposiciones nacionalistas),o del mismísimo Arcadi Espada (actualmente uno de los articulistas imprescindibles de ‘la conversación mediática española’).
La lista sigue interminable: Álvaro Nieto (hoy director de «The Objective»), Antonio Elorza, Torreblanca, Maite Rico, L. Prado, J. Ayuso, Ricardo Dudda, Juan C. de Ramón, Félix Ovejero (a quien también invité a Mahón cuando ICM con inolvidable cena en Es Castell), Andrés Trapiello, Redondo Terreros, César Molina, etc.
¿Será posible que todos ellos estén equivocados o que hayan caído en las garras del fascismo más fascista de todos los fascismos? ¿No será que es el socialismo de Pedro Sánchez el que se ha radicalizado de forma extrema para poder mantener los votos que le permitan enrocarse en el poder a cualquier precio aun a costa de practicar la indecencia más repugnante? ¿No será que «El País» se ha convertido en el Boletín Oficial del sanchismo y provoca arcadas a cualquiera que no se cobije en las bufandas y pesebres del Gobierno?
Historia: Cuando el sanchismo conquistó el poder mediante la moción de censura contra el indolente Rajoy aquella tarde del 1 de Junio de 2018 parte del status mediático cambió de forma inmediata. No pasaron ni 24 horas en defenestrar al entonces director de «El País» Antonio Caño (2014-2018) y a todo su equipo, para ser inmediatamente sustituidos por afines a Pedro Sánchez. Aquello convirtió al diario ‘independiente de la mañana’ en agente del agip-prop sanchista aun a costa de haber expulsado a sus mejores plumas, esas que le dieron prestigio. Caño era muy crítico con Sánchez («Un aventurero sin escrúpulos», editorializó en 2016) al que desnudó desde el primer momento. Más: un Diario que depende de los equilibrios económicos del accionariado unido a los grupos del IBEX que lo soportan y lo controlan necesitan del apoyo económico del Gobierno para sobrevivir. Las presiones políticas hicieron el resto.
La historia de «El País» es una triste descripción de la España actual en la que el gobierno invade todas las áreas sociales, mediáticas y económicas para controlarlo todo. Esa es la causa por la que muchos, especialmente los que antes se balanceaban en la cuerda de la izquierda liberal, ahora desean la caída del sanchismo.
A saber: cuando el Poder controla la prensa se acaba la democracia. Utópicamente los periódicos deberían ser las antenas de la independencia social frente a las consignas políticas. Pero al parecer hoy no pueden serlo porque dependen de las subvenciones para su propia supervivencia.Y adaptan sus plantillas a la conveniencia ideológica. Tienen razón quienes dicen que la libertad se acaba con la subvención. Esclavización es la nueva definición.
Nota:
1- Lamento decirlo pero las Balears nunca han sido «un país, quatre illes, cap frontera». ¡Qué chorrada! Simple voluntarismo político. Solo son islas cercanas con historias distintas y una frontera natural que las separa, el mar.
2- ¿Y si tuvo un bar de chicas, qué? Sus habaneras seguirán siendo siempre grandiosas y eternas.
3- Incluso los progres que pululan por estas páginas ya culpan a los jueces (‘buscan donde no hay…’) de las desgracias de la corrupción sanchista. ¡Rien ne va plus!
4-¿Hasta cuándo los aeropuertos españoles maltratarán a los viajeros menorquines condenándoles a embarcar en los aviones por las puertas más alejadas posibles: las K96, 97,98 del Adolfo Suárez, o las del final del pasillo B del Josep Tarradellas. Ya vale ¿no? ¡Basta de discriminación!
5- El cierre del bar ‘Es Pouet’ del Polígono de Alaior es muy triste. No se ha encontrado ningún postor para su continuidad. Nadie quiere esfuerzos ni riesgos. Todos quieren ser funcionarios bajo la consigna de ¡abajo el riesgo! Es la derrota del espíritu emprendedor y el triunfo del establecimiento estatalista. ¡Anam com es crancs!
6- ¿Y cómo es él? Cumple 80 años este 18 de enero. ¿A qué dedica el tiempo libre? Pregúntale ¿por qué ha robado un trozo de mi vida? Es un ladrón… ¿En qué lugar se enamoró de ti?... mientras, nos iremos en un velero llamado Libertad.
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