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El pasado lunes visité el parque Alcosa, en Alfafar, una de las zonas más afectadas por la torrentà en Valencia, donde la renta media no alcanza el salario mínimo interprofesional. Es el destino elegido por la Federació d’AAVV de Palma para la ayuda, a través de la Koordinadora de Kolectivos del Parke, una organización vecinal con más de 30 años de experiencia.

Todos los bajos comerciales y más de 500 viviendas en planta baja están absolutamente destruidas. El lodo se ha filtrado en los cimientos de las fincas, emitiendo humedad en la estructura y todo tipo de hongos y bacterias. Los problemas de salud y respiratorios empiezan a ser un problema grave. El paro ha aumentado enormemente, el comercio ha desaparecido, las montañas de coches son un riesgo de incendio espontáneo, las ayudas brillan por su ausencia o se administran de forma opaca y seguimos improvisando y sin planes oficiales de reconstrucción.

Frente a esto, el colectivo vecinal asume funciones tan básicas como organizar la ayuda de emergencia: comida, ropa, muebles, material de higiene, servicio de ducha y lavado, recogida de demandas, atención en domicilio de personas que no pueden moverse, incluso peluquería y actividades para romper la tristeza y el trauma. Plantean la creación de comités locales de reconstrucción porque organizarse es poder y en vez de ser víctimas a las que compadecer quieren ser el sujeto principal de una reconstrucción que no sea volver atrás sino una oportunidad para la transformación.