El estío ha llegado a Menorca, el hastío también. Las altas temperaturas climatológicas y políticas nos han sorprendido cuando sesteábamos en el medio de un verano soportable y casi plácido.
El tiempo es siempre un lugar común para salir al paso de un encuentro fortuito y quizá incómodo. El ascensor, la consulta médica, la cola del supermercado, la espera para dar el pésame en un funeral de un amigo o de un enemigo, verdaderamente el asunto no da más de sí o quizá sí, veremos a lo largo del artículo.
La política se ha sumado a la climatología y con sus vaivenes nos está ofreciendo también un verano turbulento. Primero, Vox anuncia de manera sorpresiva que rompe los pactos en las diferentes Comunidades Autónomas por el asunto de los menores no acompañados (Menas). Quieren devolverlos, no están por la labor de cumplir con la legalidad vigente. La Carta de los derechos del niño, suscrita por España, con rango de Tratado Internacional es muy clara al respecto. Los menores son niños y como tales deben ser protegidos. La política migratoria no se puede hacer a golpe de pancartas, ni eslóganes fáciles. Hay que cumplir la legalidad. La solución a la migración irregular está en consensuar políticas de estado lejos de intereses partidistas. Claro que ustedes me dirán que con este gobierno de Pedro Sánchez es imposible consensuar nada y les daré la razón, es muy difícil. Hay que ganar las elecciones, hay que dejar de dividir el voto a la derecha del actual presidente del Gobierno y concurrir a unas elecciones generales provocando un vuelco electoral que suponga un cambio de rumbo en las políticas socialistas, o mejor dicho sanchistas. Cuando el PSOE despierte de esa pesadilla que es Pedro Sánchez será demasiado tarde. El partido socialista está muy lejos de aquellas mayorías absolutas de Felipe González, nunca más lo ha conseguido y cada vez están más lejos de hacerlo, gobiernan coaligándose con todo lo que se mueve a la izquierda del PP, muy triste para quien que aspira a ser un partido de estado y una verdadera alternativa de gobierno.
Volviendo a Vox y dejando ya el PSOE, resulta que rompen los pactos en las CCAA, pero mantienen la presidencia del Parlament y, por supuesto, el Consell Insular de Mallorca y los diferentes ayuntamientos de la isla vecina en los que gobiernan apoyando al PP. No deja de ser una contradicción, máxime cuando es el Consell Insular de Mallorca quien tiene la competencia a través del IMAS sobre los Menas. Ustedes me perdonarán, pero no lo entiendo, como diría aquel: doctores tiene la Santa Madre Iglesia.
Y A TODO ESTO SE SUMA la Moción de Censura de Ciutadella. Algo que tampoco puedo entender. La gestión de Juana Mari Pons y del PP era correctísima. No había lugar para una moción. Cierto que es legal, cómo no. Pero lo legal y lo ético no siempre casan. No se entiende, o quizá sí, que la izquierda no se pusiera de acuerdo al inicio de la legislatura para repartirse el poder y la alcaldía, podría haber sido ese el problema. Parece que por ello y como instrumento de presión del uno contra el otro dejaron gobernar a Juana Mari Pons. Veremos qué hacen ahora, pero ya les auguro que si ya hubo líos de la izquierda en la oposición con dimisiones incluidas, esperen ustedes a ver, porque esto acaba de empezar. Por la gestión se les juzgará y con ella deberán presentarse a las próximas elecciones municipales, los ciutadellencs decidirán lo que quieren y a quien quieren. Se aceptan apuestas, yo ya he hecho la mía. Se atisba una futura mayoría absoluta del PP en Ciutadella que premie la buena gestión del PP y castigue el espectáculo de la izquierda y su moción legal, pero poco ética. Me perdonarán ustedes, pero, al contrario de lo que me decían muchos veteranos políticos menorquines de derechas y de izquierdas, acerté mis predicciones en las pasadas elecciones locales y autonómicas de 2023. El análisis y el estudio deben acompañar las estrategias electorales y las predicciones de intención de voto. Las impresiones y las intuiciones salen del bajo vientre y no de la razón que debe alimentarse con conocimientos e información veraz.
No me olvido del calor y del bochorno. Durante la moción de censura de Ciutadella tuvieron que abrirse las ventanas del Saló Gòtic para aliviar las altas temperaturas.
Ella no se sumó a la moción, tampoco aplaudió, solo se abanicaba.