23/07/24 4:00
No quiero ser un pesimista rematado ni un quejica consumado. Posiblemente sea cosa de viejo, mis canas son evidentes. ¿Qué pasa, pues? Pasa que lo que amé no es amado. Pasa que lo que más yo he querido ha perdido la gracia de ser querido por otros. Me refiero a mis libros, mis queridos libros. No me refiero a aquellos que, consultados, he dejado en la sala de lectura de bibliotecas. Me refiero a los libros que he adquirido y colocado en las estanterías de mi casa, leídos una vez, más veces. Libros sobre mis temas preferidos y sobre temas de los que he tenido que pronunciarme.