La exitosa operación policial diseñada y ejecutada por diferentes brigadas de la Comisaría de la Policía Nacional de Maó, ha permitido desarticular esta semana una organización criminal perfectamente estructurada que se dedicaba a introducir y vender drogas en la misma ciudad y en otras localidades próximas.
La investigación, culminada con diez detenciones, ha supuesto la intervención de más de un kilo de cocaína, 16.330 euros en metálico y tres vehículos, entre otros objetos incautados.
A principios de año, también la Policía Nacional de Ciutadella practicó otras dos detenciones a ‘narcos' a los que intervino 850 gramos de cocaína.
En agosto, la Guardia Civil montó un dispositivo en las fiestas de Ferreries que sirvió para desarticular el punto de venta clave de esa población donde se encontraron 750 gramos entre cocaína, hachís y marihuana. Y durante el resto de año se han contabilizado otras detenciones de jóvenes y adultos dedicados al menudeo en la Isla.
Las tres operaciones principales de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado se han traducido en 15 detenciones de pequeños o medianos traficantes, ahora apartados de la amenaza que representan para la sociedad en un año que ha resultado especialmente conflictivo en función de estas aprehensiones mayores.
La incautación de cerca de dos kilos de cocaína, así como las dosis de marihuana, hachís y otras sustancias suponen la constatación del peligro al que están expuestos los más jóvenes y vulnerables a quienes se ofrece la droga en puntos de ocio juvenil y adulto.
La introducción de la droga en la Isla y su posterior distribución y venta constituye, además, la otra coordenada sobre la que se cimenta esta lacra social. Si hay tráfico es porque hay consumo. Y lo hay. Ese es el problema.