Allá por los años setenta Alemania fue pionera, como en tantas cosas, de la lucha contra las nucleares. El lema "¿Nuclear? Nein, danke" se popularizó , incluso se puso de moda, e invadió las calles y los campus universitarios. El lema fue utilizado como moderna y llamativa decoración en camisetas, panfletos, pegatinas, letreros, etc. Fue la forma con que buena parte de la juventud germana se movilizó en contra de este tipo de energía. De ahí surgió el movimiento verde ("Die Grünen") como partido político. Aquel sentimiento antinuclear se expandió (como movimiento "new fashion") por la Europa que asistía ya al final de la Guerra Fría. Convertido finalmente en ideología política, fue utilizado por la izquierda como nuevo banderín de enganche. Junto a la radicalidad feminista y al nuevo pacifismo, vino a formar un atractivo "pack" que fue utilizado (y aún se utiliza) para suministrar nuevas energías revolucionarias (anti sistema) a quienes basaban su filosofía política en las diversas Internacionales. Fue el relevo (el substituto) del marxismo ante el evidente fracaso de la experiencia comunista en los países del Este de Europa que hacia ya inservible (invendible) el producto llamado "socialismo real".
Crítica es libertad
¿Turismo en Mahón? Nein, danke
08/04/11 0:00
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