Me siento feliz de tener un hijo mecánico, lo valoro tanto, como cualquier otra madre que tiene el suyo sentado en un lujoso despacho. No es pasión de madre, pero debo decir que admiro su manera de trabajar, su seriedad, su dedicación y su buen hacer.
No voy a continuar hablando de él, no es ésta mi intención, la prueba es que pertenece al ramo desde los diecisiete años, cumplió los cuarenta y uno y ésta ha sido la primera vez que lo he mencionado, deseosa de dedicarle el trabajo que titulé "Sencillamente mecánicos", y cuantos vaya realizando. Siendo de la opinión de que los jóvenes de hoy, conozcan a sus predecesores, a la vez que estos queden ahí, en algún lugar, para que en un futuro se sepa de ellos, extrañándome que en ninguno de los libros de la historia de Menorca, nadie dedicara ni un renglón. Lo dije y diré cuantas veces sean precisas, todos escriben poques diferències uno sobre el otro, con dos líneas más o dos menos.
De la Anglo se ha dicho y continuarán diciendo infinidad y con ello no voy a restarle mérito alguno. También yo escribí, pero lo hice de manera diferente, dando a conocer tras muchas investigaciones, su procedencia y todos sus lazos familiares que fueron muchos y que a nadie les habían interesado, engrosando el anecdotario de los hermanos Ruiz Verd. A la vez que cité trabajos muy importantes realizados en aquel lugar, antigua alfarería, que habían pasado inadvertidos.
Antes de continuar, aclarar que el día 5 del corriente, al citar al que fuese primer taller de Vilafranca y Cardona de Anselmo Clavé, conocimos a un mecánico de pro, Justo Fuentes y que involuntariamente no mencioné. Otros lo recuerdan como taller Mica .
Siempre sostuve, que los mecánicos mahoneses, provenían de las herrerías. Los primeros, que dieron a conocer el oficio llegaron a bordo de los vapores, tras haber plegado los velámenes, modernizándose incorporando las maquinas de vapor. Con la inauguración de la Fortaleza de la Mola, el regimiento de Artillería encargado de los cañones, incorporó un nuevo cuerpo en el Ejército como fueron los llamados mestres armeros. Sus talleres se encontraban en el Parque de dalt la Mola, mientras Comandancia de Obras o de Ingenieros, Cavallitos, donde hoy se encuentra la estación de autobuses, junto la Explanada.
Tanto en uno como en otro lugar se encontraban un buen número de empleados civiles desarrollando su trabajo en beneficio del ejército. La lista es larga, encontrando los Rodríguez, Femenías, Vila, Jover….
A continuación, me complace escribir algunas cosas de Casa Parpal, ca'n Palaa. El primer mecánico mahonés, nacido en nuestra ciudad, a diferencia del maestro de la Anglo. Por las referencias que poseo, fue el más destacado de cuantos se conocieron en el siglo XIX y XX. Ignoro si poseía titulo alguno que le acreditara como tal, pero sí que su visión y buena mano de obra traspasó los mares. Incluso a él y su equipo humano le confiaban acorazados extranjeros, vapores y, mucho antes, veleros, procedentes de per tot.
Según mi padre, siendo un niño, y tal como se estilaba, los chiquillos y también los mayores, solían recorrer Baixamar , llamando la atención las enormes puertas del taller al que me refiero, dándole el popular nombre de ses portes grosses. Añadiendo: No era extraño, fuesen las más grandes del lugar, por ellas entraban buques entre otras muchas obras que allí se realizaban. Situado en el Andén de Poniente, frente ala casita del Gobernador o des General.
No poseo, como a mí me gustaría, fechas y otros datos, lo de hoy meramente vendrá a ser una especie de introducción a lo que un día, si Déu vol, podré presentar de manera adecuada.
La central Eléctrica Mahonesa, fundada la víspera de las fiestas de Mahón de 1892, ubicada junto a aquella factoría, paret mitgera. Los operarios de uno y otro puesto de trabajo iban y venían en su intento de arreglos a los vetustos motores. Esto sucedió a través de los años, ya que en un principio, la enemistad llegó a ser tal, que los copleros, los que todo el día machacaban con sus glosas, llegaron hacer infinidad, en estos momentos no recuerdo ninguna, una verdadera lástima, con la cantidad que llegué a escuchar, refiriéndose todas a la pugna suscitada por la Maquinista Naval y la casa Parpal.
Nada extraño, según el parecer del mecánico de la motora, el que fuese Ruiz Verd el encargado de hacer el montaje de los motores e instalaciones de la eléctrica, no debía ser del agrado del señor Parpal, teniendo en cuenta su vecindad y conocimientos de mecánica tal vez superiores .
Antes de proseguir, según datos del mecánico de la motora, aquel taller fue el primero que sería conocido como La Maquinista Naval de Pablo Ruiz Verd, fundador de la Anglo-Española. Es muy probable, pero me falta mucho para poder confirmarlo, de momento queda entre puntos suspensivos. Lo que si puedo asegurar es que el septiembre de 1896 la Maquinista Naval recibió la conformidad de haberle sido encargado la construcción de un gasómetro y demás aparatos necesarios para la nueva fábrica de gas que trataba de establecerse en Mallorca. Más tarde hizo lo propio con la de Madrid.
Por mi cuenta, en mis rebuscas, supe que en 1878 en la calle de san Antonio número 8 se encontraba una herrería, su responsable Miguel Parpal Tudurí, nacido en esta ciudad en 1844. Mientras que muy cerca de allí, en San Jerónimo 36, vivía Antonio Parpal Ballester, nacido en 1836, también herrero. En la calle de Gracia 13, se encontraba un hermano de este Francisco Parpal Ballester ( 1847) del mismo oficio.
Mientras en Palaa de baixamar era Antonio Parpal Esteve, fallecido en 1920. Su hijo Antonio Román Parpal fue el continuador. Quedándome la duda de si tenía algo que ver con el Román Parpal compositor de Aires de mar, letra de Mary Beltrán ¿ esposa?, estrenada en nuestro primer coliseo el 4 de marzo de 1926.
Continuando con los Talleres Parpal, me place copiar textualmente del Diario de Menorca, la siguiente crónica:
Muy adelantados se hallan los trabajos de reparación que viene efectuando desde hace un par de meses los acreditados y veteranos Talleres Parpal al vapor Augusto de la matrícula de Bilbao. Como he podido apreciar al numeroso público que en este tiempo frecuenta los andenes de nuestro puerto se le han cambiado varias planchas del casco y casi todas las cuadernas y contra cuadernas siendo los más imparciales de los trabajos efectuados en dicho buque, la nivelación del eje cigüeñal y hacer nuevos los bronces de la bancada y biela de la máquina. Trabajos ambos de gran precisión que permiten comprobar y visionar la aptitud y pericia de los maestros y operarios con que cuenta aquellos talleres, pues no cabe duda que en la ejecución de los trabajos últimamente mencionados interviene y obra muy poco la acción mecánica, actuando la mano del hombre, verdadera maquina natural e inteligencia, la más antigua y la que nunca podrá la ciencia construir y suplir, porque pese a sus admirables progresos, jamás conseguirá dotar a la materia inerte a los elementos inertes que la forman, ni al hierro, ni al acero ni a las piezas integrantes de las máquinas, ni a éstas en conjunto de un don que tan solo ha sido concedido al hombre ser privilegiado de la naturaleza, el rendimiento (sic).
Verdaderamente los talleres Parpal, parece que han vuelto a renacer con lo que fueron hace diez años. En menos de ocho meses llevan efectuadas dos importantes reparaciones navales, siendo la última sobre todo sin precedentes.
Cuando don Antonio Parpal Esteve ( q.e.p.d.) padre del actual propietario estaba al frente de los mismos, hubo buques de la compañía Trasmediterránea que permanecieron amarrados frente de los mismos y por espacio de 4 a 5 meses. También se repararon allí los buques que entraron con avería tanto en la máquina como en calderas; diariamente nuestros correos les encargan los trabajos diarios.
Pero sobre todo la reparación actual es en un caso sin precedentes por tratarse de un buque de la matrícula de Bilbao, país del hierro y de la metalurgia, donde abundan los talleres mecánicos y los buenos operarios. Por esto precisamente hemos de reconocer que es el hecho de venir a reparar el Augusto en nuestro puerto, constituye lo que se dice un verdadero éxito; éxito que no tan solo nos dignifica y honra al propietario y obreros todos, sino que también repercute sobre las demás industrias, dando fama a Menorca y enalteciendo el renombre de que goza nuestra querida isla.
El 24 de septiembre de 1930 tras un trimestre de estancia en Mahón partía de este puerto el Augusto al mando de su capitán don José Ortiz, siendo muchos los mahoneses que bajaron a Baixamar a despedir a la tripulación que al cabo del tiempo transcurrido hicieron muchas amistades. El despacho del buque corrió a cargo del agente de Aduanas, don Juan B. Taltavull.
Algunas semanas después de haber finalizado aquel logro del que toda Menorca se hizo eco, el Ayuntamiento de nuestra ciudad adjudicó a los famosos obreros artesanos al mando del señor Parpal en Palaa la construcción de un talón metálico para el Teatro principal, la subasta de dicha construcción fue de 6.995 pesetas.
Cincuenta años atrás, los mahoneses, me refiero a los de la edad de mi padre, criados y acostumbrados a ir y venir por nuestro puerto, se lamentaban con una exclamación que por si sola hablaba al ver lo mucho que había cambiado, en cuanto a la entrada de buques. Bona nit caragol, si salieran de ultratumba y vieran como nos van las cosas al día de hoy… aniria gros s'assunto.
(Y continuaré, con los talleres Parpal, gracias al señor Lozano, poseo otros datos de interés)
Margarita.caules@gmail.com
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