Reconozco que tenía serias dudas sobre la efectividad del anuncio de Estrella Damm como reclamo turístico. Creía hace unas semanas que el caso de Formentera no tenía por qué tener la misma relación causa-efecto aquí, y que su éxito el verano pasado se había basado en variables que no tenían por qué repetirse. No obstante, tanto ASHOME como los comerciantes del puerto de Maó atribuyen al spot la llegada de numerosos turistas nacionales. Me alegra mi error y, aun así, no salgo de cierto asombro.
Muchas personas coinciden en que no ven la tele más que para hacer algo de zapping, ver fútbol o seguir una serie de moda. Otros, dicen no verla nunca. Sólo unos pocos reconocen abiertamente su pasión por la pantalla rectangular. Sea como sea, y a tenor de los comentarios recogidos por los empresarios, parece ser que todo es mentira, que la gente sí ve la tele y además se traga y deja influir de forma decisiva por los anuncios.
Por tanto, y una vez comprobado que el gran problema del turismo en la Isla es la exagerada estacionalidad estival, cabe sugerir a quien le competa que promueva la elaboración de un anuncio de un producto reconocido en el que se vea Menorca en invierno, aunque quizá haya que disimular algunos aspectos no tan idílicos como el azul del agua por el que navegan las dos parejitas del "paparapapa".
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