Trinidad Jiménez y los suyos lo han vuelto a hacer. Han vuelto a entrometerse en el comedor de casa con la salud pública por bandera y con medidas tan efectistas como ineficaces. Ahora pretenden combatir la obesidad infantil prohibiendo las máquinas expendedoras de refrescos y "bollicaos" en los colegios. Perfecto, pero es que en las escuelas, al menos en las que he visto, no hay máquinas expendedoras. Partimos de la base de que en los colegios no se debería poder vender nada y que los niños no tendrían por qué llevar dinero a clase. Otra cosa son los institutos, con chavales que si no compran en el centro docente lo harán en otro sitio. Ahora se demonizan las "coca colas" y las chucherías, enfocando mal el problema al confundir la parte por el todo. Refrescos, bollos y gusanitos se consumen desde hace muchísimo tiempo, mientras que la obesidad infantil se ha disparado en los últimos años. Por lo tanto, el sobrepeso viene por otros muchos factores ajenos al "phoskito" del recreo. Está bien velar por la salud pública, recomendar, educar, ofrecer información, pero el problema, y ya lo he dicho muchas veces, está más en casa y en la responsabilidad de los padres que en los colegios, que al fin y al cabo no son más que una parte de la vida del niño. Si en Sanidad se aburren, que recoloquen las vacunas de la gripe A.
El apunte
En Sanidad se aburren
23/07/10 0:00
También en Opinión
- «Cuando mi hija nació no quería alimentarse, los médicos me dieron el pésame dos veces»
- Seth Hotels deja en 2026 la gestión del Hotel Port Mahón y el Agamenón tras casi tres décadas
- Consumado el relevo al frente de la compañía de la Guardia Civil de Menorca
- Los colegios de Menorca reducen al mínimo las excursiones escolares al no poder afrontar el pago del bus
- El sueño de los abuelos de 'El Cromas' «antes de ir al cielo»
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.