Margarita Monjo Pons
Maó
¿El fin del
C.D. Alaior?
Desde finales de los años 60 ininterrumpidamente está jugando en Tercera División del fútbol balear.
Me acuerdo de los años 50 cuando en 1956 vino en las fiestas de Sant Llorenç el Hungaria con Kubala, y en los años 60 durante las fiestas patronales venían jugadores de 1ª división tales como Ramallets, Biosca, Basora, Marquitos, etc. que daban renombre y colorido al fútbol en Alaior y por ende a Menorca.
Pero el año pasado ya el equipo vio las orejas al lobo (regional) y al final se salvó, pero este año 2012, si no hay un milagro será el fin de una larga etapa.
El equipo tampoco ha creado afición, debido a los resultados, ya se sabe, si no hay goles que den victorias, el aficionado deja de ir al fútbol.
¿Será bueno bajar a regional? Puede que sí si se empieza de cero y se confecciona un equipo local que puede aspirar al ascenso, si no, pueden pasar años para volver a ver el C.D. Alaior jugar en 3ª División.
Si ni los equipos de 1ª tiene los presupuestos saneados, con deudas a Hacienda, a los bancos etc. mucho menos los de 2ª, no hablemos comparativamente los de 3ª División.
Además por tv hay fútbol casi cada día, ¿por qué pagar para ir a ver partidos de 3ª División?
Suerte que siempre ha habido personas que han querido aportar su tiempo libre en pos del fútbol en Alaior como presidentes del club, tales como Miquel Marín, Miquel Juanico, Nito Ferri, Tòfol Vinent, Kenedi, Alzina, etc.
Al igual que la camada de jugadores que salieron en los años 60 tales como Lambias, Florit, Vidal, Felipe, Esbert, Bienvenido, etc., que dieron tardes de gloria tanto en juveniles como en 3ª División.
Este año presiento que perderemos la categoría, pero lo importante es saber levantarse y luchar el año que viene en regional.
Miguel Perea Cavaller
Barcelona
El gobierno de Bauzà suspende en lenguas y aprueba en gomina
Definitivamente, el Gobierno del PP, el gobierno de Bauzà, suspende en lenguas. Su política impositiva es tan deleznable como la que implantaran los nacionalistas catalanes. Igual de estrábica. Dicen siempre ser un gobierno coherente... Son precisamente estas cosas las que hace que cualquier persona mínimamente cultivada cuestione su valía.
Después de un largo periodo de normalización lingüística donde discrepo bastante con las formas, pues siempre han sido desproporcionadas, he de ver como con cada cambio de gobierno es siempre la lengua la más torturada e instrumentalizada como estandarte triunfal. Ahora, con la imposición del presente gobierno, la lengua catalana, con sus diferentes formas dialectales se ve gravemente en peligro por culpa de otro autoritarismo.
Las cartas sobre la mesa. La verdad de Baleares es que ni saben castellano ni saben catalán. Ninguna de las dos lenguas cooficiales. No hablemos del inglés: catorce años aprendiendo inglés y no se llega ni al nivel inicial. Es espantoso el grado de analfabetismo que sufre nuestra sociedad. Las políticas vigentes no ayudan. Y sus imposiciones pendulares, menos.
La única manera de evitar un conflicto lingüístico que luego se traduce a un conflicto social y, más tarde, político es evitar toda imposición totalitaria. Los ámbitos de uso deben ser cuidadosamente examinados para evitar tal conflicto. En un espacio geográfico definido como las Islas Baleares la situación está clara: una lengua propia y una lengua instaurada. Una lengua instaurada con connotaciones muy negativas dada que fue la lengua del Régimen Franquista del cual parece no haberse desdicho. El hecho es que dos lenguas cohabitan en esta región, y no tiene por qué haber un conflicto. Lo hay porque las entidades gubernamentales correspondientes lo quieren así.
Ya he expresado reiteradamente la importancia de la identidad de un pueblo y el valor de su lengua como expresión cultural viva. Después está la importancia de la pertenencia a un espacio geográfico mayor al que llamamos país, que no es lo mismo que nación. Este país posee diversas naciones. La cohesión del mismo parte de la idea de que una sola lengua debe ser la que cohesione el territorio. Pero esa cohesión no implica, de ningún modo, el desplazamiento, reducción y exterminio de una forma más íntima y leal de vida, de cultura y de verdad. La lengua catalana, como todas las lenguas de España debe ser protegida como parte del patrimonio cultural vivo de este país. La única forma de evitar una sustitución lingüística, es decir, de despropiación cultural, es establecer unos márgenes muy concisos y permanentes para establecer una situación ecuánime y lograda: el bilingüismo simétrico.
Los expertos saben que el bilingüismo simétrico es una utopía. Lo es mientras tengamos políticas lingüísticas tuertas. Porque es posible un estadio justo, pero sobre todo sin prejuicios ni perjuicios. En los centros educativos la lengua no ha de ser algo opcional. Está claro que la gente está poco concienciada y que van a ser muy prácticos. Por tanto, en este marco sí que ha de ser impositivo, porque es justo y racional, la preeminencia de las dos lenguas. El método es harto sencillo. Establecer un eje diametral: la mitad de asignaturas en castellano y la otra mitad en catalán. Así de sencillo. Tal cesura debe hacerse muy reflexivamente, teniendo en cuenta aspectos tan importantes como el léxico. Con el tiempo el inglés debería tener también su propio espacio. No ahora, pues la presente situación es tan paupérrima que no conociendo ninguna de las dos gramáticas propias, resulta ridículo aprender una tercera, a no ser, claro, que el plan se enfoque desde un inicio, muy inicial, contemplando la presencia de las tres lenguas. Que sería lo suyo, pero que, francamente, no veo a corto plazo.
Las políticas nacionalistas bien sean propias del PP u otras de cariz "derechista", que no sé qué significa eso hoy día, resultan tan fascistas y poco respetuosas como las nacionalistas divergentes. La pugna entre dos vertientes tan paralelas como iguales, aunque parezca una paradoja están destrozando por igual generaciones enteras de personas que son coartadas de vivir sus vidas en libertad. Libertad de expresión. Libertad ontológica. La libertad de ser quienes son.
(...)
Además, está el efecto rebote. Otro aspecto a tener muy en cuenta y que hemos visto a lo largo de toda la Democracia española. Cuando suben unos, imponen la suya, y cuando suben otros imponen la suya propia. Mientras, tenemos un cuerpo social aquejado de una bilateralidad cultural-lingüística casi insoportable.
Cuando ya no gobierne Bauzá se IMPONDRÁN políticas integradoras de cariz catalanista, como compensación a la pérdida de ámbitos de uso por la política vigente. Más perjuicio para el ciudadano que se ve a todas luces: desde el fracaso escolar congénito de nuestra comunidad autónoma, hasta la imposibilidad de reinserción laboral y social para los ciudadanos en general. No se puede implantar un programa lingüístico diferente o pendular cada cuatro años. Es un coste inasumible para el ciudadano que se ve a merced de los caprichos políticos. Hoy el catalán en desuso, mañana será imprescindible para un título académico u obtener un puesto de trabajo. Es tan descabellado como imponer una circulación vial por la izquierda y luego, tras cuatro u ocho años, cuantos más peor, imponer, de nuevo, la circulación por la derecha. El desastre salta a la vista, un caos. Teniendo en cuenta que la lengua es también un vehículo ocurre exactamente lo mismo: es el mismo atropello.
(...)
Al pan, pan y al vino, vino: Bauzà, suspendido en lenguas.
Es propio del talante pepero no hacer caso al escudero, pero que sepa Don Bauzà que con esto está cavando su agujero. No importa lo que gaste en gomina, no es caballero quien estas patadas propina.
Sole Sánchez Mohamed
Ciutadella
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