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Miedo al miedo

Surca la historia reciente un hecho tristemente repetido, las buenas gentes, llamadas pueblo llano durante cuatro años y pueblo soberano el día de las elecciones, hemos ido regalando libertad a cambio de seguridad.Y para que alguien ceda su libertad a cambio de que otro le proteja, ha de sentir miedo.Por el miedo a un ataque terrorista nos metieron en una estúpida guerra y nos dejamos desnudar de forma denigrante en los aeropuertos.
Por miedo a perder el trabajo nos dejamos pisotear por jefes tiranos y faltos de principios.
Por miedo a perder la casa tragamos con los codiciosos e inmorales bancos, Por miedo a "lo que pueda pasar" seguimos gobernados por una casta política que no renuncia a sus privilegios.

Por miedo a las vacas locas, la gripe A o el E.coli, comemos lo que nos dicen y nos vacunamos cuando nos lo ordenan.

Por miedo a que nos rescaten desde " €uropa ", les damos nuestros derechos y algunos hasta sus principios.

Por miedo al que dirán nos autocensuramos y no manifestamos públicamente nuestras opiniones, tenemos miedo a caer mal, a que nos señalen.

Por miedo al caos aceptamos la rutina triste de ir perdiendo bienestar.

Por miedo a equivocarnos dejamos de hacer muchas de las cosas que nos gustarían.

Por miedo al ridículo, renunciamos a improvisar.

Por miedo a enseñar los dientes dejamos de sonreír.

Por miedo a lo desconocido rechazamos a los de fuera y nos autoproclamamos los de dentro.

Por miedo a parecer débiles escondemos nuestros sentimientos.

Por miedo a la verdad, aceptamos la mentira.

Dicen que el hombre realmente peligroso, es aquel que ya no tiene nada que temer.
Quien sabe, como sigan recortando derechos a la mayoría de las personas en nombre de la macroeconomía y de la avaricia de los de siempre, cada vez serán más los que no tengan nada que perder. Y entonces, quizás sean los que supuestamente nos protegen, los que empiecen a sentir miedo. Y se acordarán de Wilian Shakespeare cuando dijo: "De lo que tengo miedo es de tu miedo".

José Cabezas Moyano
Sant Lluís

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Levantamos la acampada

El domingo 19 de Junio levantamos la acampada que teníamos en la plaza Colón de Maó. Bien es sabido que la acampada surgió, espontáneamente, como repulsa visceral y explícita al sistema político y económico que sufrimos, un sistema corrompido desde hace siglos por la ignorancia, la avaricia y la soberbia, un sistema basado en conceptos arcaicos como la competitividad, el patriarcado, la manipulación y, finalmente, la violencia.

Durante un mes hemos sacrificado nuestro bienestarcon ese fin(la mayoría de acampados teníamos un somier y un colchón esperándonos en casa en vez del duro asfalto), para concienciar a la gente de que otro mundo es posible, un mundo más sano, donde educar a nuestros hijos bajo principios como la igualdad, la tolerancia, el respeto, la creatividad y la libertad, y poder así empezar a erradicar lacras de la sociedad como la xenofobia, el sexismo o el consumismo. Ninguna voz puede desmentir esa verdad.Nos han llegado a tachar de antisistema, pero mienten: somos prosistema, pero un sistema más justo, más transparente, más humano. No hay voz que deba atreverse a callarnos. Nos han tachado de antidemócratas cuando, en verdad, somos prodemocracia, pero democracia real (demos=pueblo, cracia=poder), no una pantomima en la que el poder no resida en el pueblo sino en los políticos y (por ende) en aquellas personas capaces de corromperles. Una de nuestras principales exigencias es la lucha contra la corrupción. ¿Es eso "antidemócrata"? Ha sido éste un mes intenso e intensivo, donde hemos experimentado un sistema diferente, horizontal, sin jerarquías, y hemos demostrado que a pesar de sus carencias es, ante todo, eficiente, constructivo y abierto. Levantamos la acampada y lo hacemos conscientes de que queda mucho trabajo por hacer, pero también conscientes de que lo más difícil, dar el primer paso, ya lo hemos hecho. Asumimos esa responsabilidad, sabiendo que nuestro nivel de indignación es paralelo a muestro nivel de información, y que solo es cuestión de tiempo que, a medida que la población se informe, nuestro número solo puede ir en aumento. Levantamos la acampada pero no para irnos, sino para quedarnos y enfocar nuestras energías allí donde hagan falta.

No puedo acabar esta carta sin manifestar la alegría de haber conocido en la plaza a unas personas de una calidad humana excepcional, con las que poder sentirme todavía más orgulloso y satisfecho de lo que estoy haciendo. Chic@s: con vosotros hasta el infinito y más allá!

Querría aprovechar la ocasión parainvitar a toda la ciudadanía a la concentración que se realizará el domingo a las 19h en la plaza Colón contra el pacto del euro.

También querríapedir, en nombre de tod@s l@s acampad@s, disculpas por las molestias ocasionadas estas últimas semanas a l@s vecin@s y comerciantes de la plaza Colón. Su paciencia ha contribuido para construir un mundo mejor para tod@s: muchas gracias!.

Ángel Torres Moreno
acampadamenorca.moviment.info
Sant Lluís

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El capitalismo se mueve

Dicen los pescadores de atún gigante que una vez enganchado el pez al anzuelo le van tirando trozos de carnada para distraerle mientras los come con voraz apetito. En su terrible agonía el pez se resiste haciendo aquello que siempre hizo: comer-crecer-comer, ignorando que ese comportamiento es el que en definitiva le lleva a la muerte.

El capitalismo, nuestro antiguo y familiar sistema económico está en una situación parecida. Como un animal al que le falta el sustento, agotada la materia prima y empobrecidas sus víctimas, empieza a alimentarse con partes de su propio cuerpo. Come y come mientras agoniza. En estos momentos está empezando a volver la cabeza hacia su propia madriguera, hacia nuestro privilegiado Primer Mundo, observando con voraz apetito el Estado de Bienestar, uno de sus órganos más vitales. La razón de ser del bicho es él mismo y de su propia inteligencia resultará su duración. Si mientras come convence al mundo desarrollado que puede ser negociable la pérdida de los derechos asociados con el Estado de Bienestar es posible que pueda seguir dando coletazos durante un tiempo. Un tiempo dependiente de la propia sostenibilidad de su afán, pero a buen seguro un tiempo en el que el Tercer Mundo seguirá soportando con su hambre el apetito del bicho y sosteniendo con su miseria nuestro recién adquirido Estado de Malestar.Está claro que el capitalismo se está moviendo, retroalimentándose él mismo en su pensamiento Neoliberal. Ya no le es suficiente la explotación del tercer mundo y la expoliación de los recursos naturales. Su propia dinámica no puede soportar la praxis de los gobiernos, que en su momento acataron las doctrinas del libre mercado a cambio de un toque de intervencionismo que redujese la desigualdad social. Ahora quiere, y ya lo ha conseguido, que esos mismos gobiernos empleen aquel intervencionismo en sentido contrario para aliviar la reacción autoinmune que el propio capital padece. Inyectando dinero a la banca o desmontando el sector público, por ejemplo. Y para mayor escarnio utilizando gobiernos autodenominados socialistas. Sin ningún rubor. Ni el menor asomo de vergüenza.

Santiago Oliver Andrés
Sant Lluís