Atornillar una obra pública

Foto: Katerina Pu

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En Menorca tenemos una especialidad, además de la caldera de langosta, y es crear paradigmas de la gestión pública. Tres ejemplos. Uno:la carretera interminable, con puentes que van y vienen, con inversiones improductivas devueltas a la capital. Dos: el Splash de Biniancolla, una instalación en la parcela colindante con su hotel, que se levantó con todas las licencias, y que sigue saltando de un tobogán a otro. Y tres: el puerto de Fornells, en el que se ha llevado a cabo la mayor obra pública de la historia de la población marinera, donde cada paso levanta una polémica.

Ahora están con los cinco nuevos pantalanes, con 13 empresas interesadas en que se les adjudique uno de ellos, de las que dos han renunciado al inicio de la carrera. Veremos si el resultado del concurso ayuda a pacificar esta buena obra pública.