Una de las fotografías artísticas que acompaña el estudio | SONIA ROTGER CAULES - TALAIA CULTURA SL

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Corría el año 2022 cuando el equipo de Talaia Cultura se llevó una grata sorpresa. Sus investigadores  estaban centrados en la catalogación del archivo histórico del condado de Torre-saura, en Ciutadella, cuando vieron como poco a poco comenzaban a aparecer también partituras. Un material que, una vez analizado, ha resultado ser un patrimonio cultural muy interesante.

Ese valor es el que ha llevado a una experta en la materia, como la musicóloga menorquina Laura Triay, a poner en marcha  un proceso de investigación que acaba de cerrar su primera etapa, la de realizar un inventario. Tarea para la que ha contado con una subvención de 6.000 euros gracias a un programa de ayudas del Institut d’Estudis Balearics.

El estudio incluye un total de 230 fichas documentales, de las cuales 135 corresponden a copias de partituras manuscritas, tres a manuscritos autógrafos y 87 a partituras impresas. De todas ellas, 60 son obras anónimas, 21  anónimas con atribución verificada y las 147 partituras restantes son obras de autor. El fondo musical estudiado, explica Triay, alcanza desde la obra más antigua datada del 1735 hasta una partitura impresa de 1905.

La musicóloga Laura Triay ha trabajado en el proyecto durante el pasado año, una iniciativa para la que ha contado con la colaboración de Talia Cultura y su equipo, entre el que figura el historiador Antoni Camps Extremera

Un primer paso que permite poner en valor el fondo documental del condado y su peso en la historia de Menorca y su sociedad, en este caso, a través de la música. Una recuperación que ha sido posible gracias a la Fundación José María de Olives y de Ponsich, Conde de Torre-saura, que ha colaborado con la autora del trabajo de investigación y que le ha permitido zambullirse entre sus archivos, documentos y partituras.

El estudio, que recientemente ha sido presentado por Triay en la Fundació Miró Mallorca, concluye que la música del palacio de Ciutadella es mayoritariamente de cámara y de danza, dos géneros que reflejan los encuentros sociales y fiestas de la aristocracia local. Las partituras conservadas, que van desde pequeñas agrupaciones instrumentales de pequeño formato, como por ejemplo obras para dos violines o piano, hasta formaciones orquestales más amplias, son un reflejo de la actividad cultural de las élites menorquinas durante los siglos XVIII y XIX.

Por otra parte, el estudio de este fondo documental ha revelado que, durante esa época, Menorca ocupaba una posición privilegiada en la recepción de las influencias musicales y de moda en Europa. En definitiva, el archivo del condado no solo es un tesoro patrimonial, defienden sus responsables, sino también «una fuente inestimable para el estudio de la musicología, que permite profundizar en la comprensión de la música civil que resonó en Menorca durante los siglos XVIII y XIX».

Una época en la que Menorca estaba muy bien comunicada gracias a las conexiones marítimas, algo que favoreció y facilitó la llegada a la Isla de esas partituras que ahora están estudiando. Relata Triay que cada semana arribaba un barco procedente de Marsella, ciudad de la que proceden un buen número de los documentos analizados. También era habitual recibir partituras que es muy probable que llegaran antes a la Isla que a Madrid o a Sevilla, apunta la musicóloga.

Aunque no todo era material foráneo, ya que entre los documentos encontrados también hay trabajos de compositores locales, como los firmados por Onofre Rexach, director de capilla de Ciutadella, y Jaume Alaquer y Benet Andreu, que ocupaban el mismo cargo en la iglesia de Santa Maria de Maó.

El apunte

Un archivo «intacto», todo un tesoro repleto de información

Se puede decir que con el proceso de inventariado y catalogación terminado, queda por delante una parte del trabajo que puede resultar muy productiva. «Ahora ya sabemos lo que hay», explica Triay, preparada para seguir ahondado en la investigación apoyándose en «la información complementaria» que puede aportar otro tipo de documentación del archivo histórico del condado.

A juicio de la experta, las partituras recuperadas tienen un componente muy interesante: «Para un historiador, encontrar un archivo virgen como ese, que está intacto y no ha sido modificado, proporciona mucha información». Un factor a tener muy en cuenta al ser el archivo de una época en la que no se tenía muchos datos sobre la música en Menorca. Explica al respecto Triay que sí se tenía acceso a archivos de tipo religioso, pero no pertenecientes a la aristocracia de Ciutadella, como en el caso de Torre-saura. Una información muy valiosa en la Isla pero que también se proyecta de cara al exterior, ya que la intención de la musicóloga es llevarla a congresos y jornadas para que la conozcan los investigadores de fuera.