El peligro, hasta ahora, radicaba en que, cuando un ave se posa sobre este tipo de apoyos, corría el riesgo de tocar el cable superior y con sus alas hacer contacto en el mismo tendido eléctrico. Es en este momento cuando se produce la electrocución. El aislamiento de las líneas se efectúa modificando el cableado, retirando el que sobresale de la parte superior y aislando el tramo próximo a la torre, evitando también el riesgo para las personas.
Durante los trabajos de aislamiento, desde el Consell explican que han podido observar un águila calzada muerta bajo uno de los apoyos. Recuerdan que en el Llatzeret hay una gran abundancia de palomas que atraen cada día diferentes especies de depredadores como las águilas calzada, que se dedican a su captura y son muy sensibles a la mortalidad por electrocución.
Biodiversidad de aves
«Menorca es una de las islas con más biodiversidad de aves del Mediterráneo y tiene algunas de las poblaciones mejor conservadas de Europa de especies como la miloca o el milano real, y es un punto estratégico en las rutas migratorias», afirma el conseller de Medio Ambiente, Reserva de Biosfera y Cooperación, Simón Gornés. Asegura que por este motivo «el Consell trabaja desde hace años con el Govern y con empresas como Endesa para la eliminación de estos puntos de riesgo».
La mortalidad de especies por electrocución es actualmente una de las amenazas más importantes para la biodiversidad de la Reserva de Biosfera de Menorca. Anualmente, un gran número de aves mueren electrocutadas al posarse sobre los apoyos eléctricos que abundan sobre el territorio insular. Entre las especies más afectadas hay aves de grandes dimensiones como el milano real, el águila calzada, el águila pescadora, los cuervos, las gaviotas, los halcones peregrinos o los cernícalos, muchas de las cuales son especies con poblaciones escasas.
A pesar de que anualmente se llevan a cabo más de 800 aislamientos de estos apoyos eléctricos para evitar que provoquen la muerte de aves, todavía continúa habiendo una gran cantidad de apoyos peligrosos para estas especies, subrayan desde la administración insular. La mayoría pertenecen a la compañía eléctrica Endesa, que se encarga de efectuar los aislamientos de los apoyos peligrosos, pero una pequeña parte de los apoyos que hay en la isla son de propiedad privada, por lo que corresponde a los propietarios llevar a cabo estos aislamientos.
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