En el juicio el acusado llegó a decir que él era la víctima. | Gemma Andreu

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La Audiencia Provincial de Palma le condenó en enero de 2020 a seis años y cuatro meses de prisión por dos delitos de lesiones y uno de daños, cometidos en dos episodios de maltrato, el 17 de julio y el 7 de septiembre de 2017 en dos viviendas de Torret, en Sant Lluís. Finalmente, tras sucesivos recursos en la propia Audiencia y el Tribunal Superior de Justicia de Balears, tanto de la víctima y el Ministerio Fiscal, como del agresor, un británico de 42 años, el Tribunal Supremo ha dejado la sentencia en 3 años de prisión, multa de cuatro euros diarios durante 12 meses, indemnización a la mujer de 1.635 euros y a los dueños de la casa, de 6.172 euros, por los destrozos que causó en muebles y electrodomésticos con un zapapico.

El individuo, que ya estaba en libertad provisional desde que se elevara el recurso de casación ante el Supremo, acumulaba otras cuatro condenas anteriores, tres de ellas por maltrato y una por lesiones, la mayoría en Eivissa. La defensa de su abogado, Francisco del Campo, le ha valido la notable rebaja de la pena al estimar el alto tribunal que los hechos no debían asociarse al delito de violencia de género puesto que, aunque ambos llevaban un tiempo conviviendo juntos, no tenían una relación sentimental y mantenían relaciones sexuales esporádicas.

Junto a ellos vivía la expareja de la mujer, al no tener otro alojamiento. El primer episodio de maltrato fue el 7 de septiembre. El acusado agarró por el cuello a la mujer porque esta no había podido recogerle un envío de 300 euros de un familiar. Enfurecido, le puso un cuchillo de 20 centímetros de hoja en el cuello y le hizo un corte en el hombro hasta que ella pudo huir y refugiarse en casa de una vecina.

El segundo episodio por el que se le acusó ocurrió tras una discusión anterior entre el agresor y la expareja en casa de la mujer. Ella intervino y le convenció para que se fueran a otro lugar acabando en la casa en la que ella hacía la limpieza, también en Torret. Allí el hombre volvió a ponerse agresivo, la agarró por los brazos, le dio puñetazos y golpes, le estampó una guitarra en la espalda y después destrozó parte de la casa con la herramienta de jardinería.

El apunte

De intento de homicidio por el que le pedían 15 años, a lesiones

El juicio se celebró el 14 de enero de 2020. La acusación pedía 15 años de prisión por intento de homicidio, delito por el que la Guardia Civil detuvo al acusado. La víctima, que entonces declaró seguir viviendo traumatizada por la agresión reiteró que el hombre la intentaba golpear con el zapapico, y ella al huir, se golpeó con el marco de una puerta y perdió el conocimiento. El fiscal, finalmente, cambió el intento de homicidio por el de lesiones, y la defensa, a cargo de Fran del Campo, pidió la nulidad del juicio al haber sido trasladado el caso a un juzgado de Violencia de Género cuando ellos no eran pareja. Además recordó que durante el proceso se añadieron nuevos elementos que no contaban en la denuncia inicial. El acusado llegó a declarar en una sesión con tintes surrealistas, que él era la víctima. El golpe de la mujer en la cabeza era compatible con el de un zapapico, declaró la forense.