El absentismo escolar, uno de los problemas repetidos | Gemma Andreu

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Los conflictos surgidos estas últimas semanas en el instituto Cap de Llevant de Maó, que fueron trasladados por su equipo directivo a la Conselleria de Educación, han destapado la problemática general que manifiestan grupos de alumnos, no solo a nivel municipal, sino insular y nacional.

A partir de esa demanda de ayuda, el Consell reunió este viernes en su sede a representantes de los ayuntamientos de Maó, Es Castell y Sant Lluís, Servicio Insular de Familia, Policía Local y Nacional, Delegación de la Conselleria de Educación en la Isla, y representantes de los tres institutos de la ciudad y los colegios Sant Josep, La Salle y Cormar.

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De esta reunión masiva en la que intervinieron 32 personas, entre ellas los policías tutor de los    municipios, salió la iniciativa de que sean el Servicio Insular de Familia, del Consell, y la delegación de Educación en la Isla quienes lideren la elaboración de un proyecto para dar la misma respuesta a las situaciones conflictivas que se producen en los centros. Preocupa, como constata el ‘Cap de Llevant', el absentismo escolar, la desconsideración con el profesorado y las conductas delictivas que se producen, mayoritariamente, alrededor de los centros educativos. Este año, este tipo de conflictos resultan más preocupantes porque ocurren prácticamente desde el inicio del curso y no en sus últimos trimestres, como era más habitual.

Los asistentes al encuentro se refirieron a que el cambio en los hábitos en menores y adolescentes no está siendo correctamente asumido por los adultos. «Entre las aportaciones que han hecho todos se elaborará un proyecto a desarrollar que consensuaremos en próximas reuniones», explicó la consellera de Bienestar Social, Carmen Reynés.

Además el Consell incrementará recursos mejorando la especialización de sus empleados de servicios sociales para acentuar la atención domiciliaria en familias en riesgo de exclusión y con intervenciones más directas en alumnos que presentan trastornos de conducta. «Hay que establecer más pautas de seguimiento y para ello se necesitan más recursos», admitió la consellera.