Los hechos fueron juzgados el pasado 12 de diciembre en Maó, con declaración de los padres del menor, la educadora y la directora de la escoleta de Es Castell, entre otros.
El juez entiende que el golpe, presenciado por la directora, que fue quien dio cuenta del incidente, fue suficiente para causar una rojez en la mejilla, y excedió las facultades de educación y corrección propias de progenitores y educadores. No considera, no obstante, que fuera tan grave como para condenarla a seis meses de inhabilitación o a una multa mayor como solicitaba la acusación. No estima acreditado en ningún caso que el menor hubiese caído al suelo y tuviese algo de sangre en la boca a causa del golpe de la maestra, como se había denunciado.
La educadora fue expedientada por el Ayuntamiento de Es Castell y después de la conclusión del instructor se resolvió que fuera suspendida diez días de empleo y sueldo.
Ella ha sostenido que en ningún momento golpeó en la boca al menor, sino que le puso la mano delante para que no mordiera a otro niño de la clase.
15 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
Leyendo las opiniones parece que la clase de estaba llena... dejemos que los jueces hagan su trabajo. Si hay condena hubo manotazo. Si lo hubo no hay justificación.
S'ha passat d'un extrem a l'altre.
Los humanos somos animales sociales y los niños deben aprender de los adultos las normas de convivencia. A menudo el lenguaje no es suficiente para hacer entender a un niño pequeño cuales son los límites razonables de comportamiento. Un manotazo suave NO ES VIOLENCIA. No es nada más que un gesto, como podría ser una modulación de la voz o un índice levantado como aviso. En niño lo entiende como una advertencia y lo asume. Le queda clara su situación de subordinación al adulto y no sufre ningún daño, ni físico ni psicológico. No es de esperar que un niño de dos años atienda siempre razonamientos del tipo: "No muerdas a Pepito porque aquí todos somos muy amigos y blablabla". Esto no tiene nada que ver con las agresiones, insultos y humillaciones que los niños han sufrido durante años, en su domicilio y en la escuela, prácticas terribles de las que casi todos, por desgracia, podemos contar algún ejemplo. Pero el péndulo se ha desplazado en exceso hacia el otro extremo.
Jamás de los jamases está justificada la actitud o represión violenta por parte de educadores. Enseñar con violencia sólo enseña que se puede seguir pegando. No, no y no. Jamás he pegado a mis hijos, y jamás me han llamado la atención en ningún centro ni actividad que practican. La disciplina y educación no va unida a 'golpecitos o empujones sin importancia'. No dejarán huella física , pero si huella de recuerdo, otorgándoles permiso para parar con golpecitos cuando algo no les gusta. Reconociendo el durísimo trabajo que hacen los profesores, educadores, etc...por favor...avancemos. La época cromagnon ya pasó...
Esta señora segun la noticia ha sido condenada, presuncion de inocencia nada, hubo testigos, y yo no autorizo a que nadie utlice la violencia para educar a ms hijos.
Los tiempos cambian! Todo ahora somos responsables de nuestros actos, encambio antes y segun que sector eran intocables.
¡Por dios! ¡Que sólo puso la mano para que no mordiera al otro niño!
Yo lanzo una reflexión. ¿Tenía que haber dejado la educadora que mordiera al otro niño? O, por el contrario, ¿No evitó, poniendo la mano, males mayores? Creo que, por esa nimiedad, llegar a un juzgado, es también cuestión de una reflexión por parte de padres y educadores.
¿De verdad tenemos que dedicar recursos públicos para esto?, que ridículo. Soy madre y lo primero que dije a la educadora de mi hija cuando le confie a mi hijo es textualmente "te confio a mi hija su cuidado y educación, te doy la autoridad para que actues según tu criterio profesional". No creo que este caso tuviera que haber llegado a los tribunales, los padres de la criatura y sobre todo el resto de compañeros de la susodicha educadora podrían hacer una reflexión al respeto.
Ante todo respeto. Respeto a los profesionales, respeto a la presuncion de inocencia, respeto a los niños, respeto a la ignorancia, pero respeto sobre todo a la educación. Es muy facil hablar y difamar. Hay que educar a los padres a ser confiados, confiar en que una profesional del sector de 30 años de experiencia con un curriculum impecable. Una rojez temporal de un bofetón jamás ha sido lesión (aunque nunca hubo bofetada). Por favor que levante la mano quien no ha regañado así a su hijo, desde luego el que no levante la mano o miente o tiene un hijo muy mal educado, sin más.