Uno de los robos perpetrados por el acusado fue en un local del Moll den Pons. | Gemma Andreu

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Había sido condenado a una pena de prisión de dos años por el Juzgado de lo Penal número 1 de Maó, el pasado 27 de marzo de 2014, por un delito de robo con fuerza en las cosas, cometido en una casa habitada. A.G.V, de 28 años, no poseía antecedentes por lo que no había llegado a ingresar en el centro penitenciario de la carretera de Sant Lluís, pero un nuevo delito y otra falta por sucesos similares cometidos solo cuatro meses después le sitúan delante de un juicio, con fecha todavía por señalar, en el que se enfrentará a una pena notablemente superior.

Al individuo en cuestión se le acusa de tres robos cometidos en dos días, entre el 12 y 14 de julio del mismo año 2014, en la localidad de Es Castell. Según el escrito de acusación, en el primero de ellos se apropió de dos relojes, unas gafas de sol y diversos objetos tasados en 5.310 euros, y una suma en metálico de 3.890 en una vivienda situada en la calle San Jaime a la que había accedido trepando por unos cables de teléfono hasta alcanzar una ventana abatida.

El mismo escrito indica que el día 14, de madrugada, se introdujo en otra vivienda de la calle Mahón, también de Es Castell, cuya puerta principal estaba abierta, y se apropió de varios objetos y dos anillos con un valor superior a los 400 euros, además de otros 100 euros en metálico. El tercer delito que se le imputa ocurrió una hora más tarde en un bar de Es Castell donde robó 1.000 euros de la recaudación.

Por todo ello se le imputa un delito de robo con fuerza y otro de hurto continuado. Por el primero de ellos el ministerio fiscal pide una pena de 4 años de prisión, y por el segundo, un castigo de 18 meses de prisión, que suman una condena de cinco años y medio.

Además deberá indemnizar a los propietarios de los objetos y sumas sustraídas, algunos de los cuales han sido recuperados, con esas mismas cantidades que, en su conjunto, ascienden a 10.610 euros.